Opinión

Adiós a Podemos

En Madrid se ha destapado el secreto de Polichinela: Podemos era una olla de grillos. Iñigo Errejón, uno de los fundadores de este movimiento, ha decidido unirse a Manuela Carmena creando un ticket electoral en el que la actual alcaldesa de la capital repetirá como candidata mientras que él optará a presidir la Comunidad. Una candidatura al margen de Podemos que ha pillado con el pie cambiado a un Pablo Iglesias a quien le ha faltado tiempo para señalar la puerta a su hasta ayer amigo y compañero. Errejón no es propiamente un disidente. Como tampoco lo fue en su día Carolina Bescansa, otra de las fundadoras que también quiso hacer política con arreglo al espíritu original del movimiento nacido el 15M y tropezó con que Iglesias, tras la asamblea de Vistalegre II, maniobró para convertir Podemos en un partido comunista clásico. Un partido de estructura leninista pese a declararse asambleario.
Algunos concejales del actual consistorio madrileños ya habían sido expedientados con advertencia de expulsión pero el paso dado por Errejón describe a las claras que en Podemos le han perdido el miedo a las purgas. Quizá porque desde la compra del famoso chalet, la autoridad de Pablo Iglesias nunca volvió a ser la misma. Podemos tiene problemas internos en Galicia, País Vasco, Aragón y Cantabria. Por no hablar de Cataluña. Las diferentes corrientes integradas en el movimiento se resienten ante las prácticas centralistas de la dirección. En Andalucía han recibido un toque de atención, con una pérdida de votos que sin ser significativa describe el estancamiento de la formación. Teresa Rodríguez dejará la dirección de Podemos en el mes de octubre y para entonces quizá conozcamos qué opina Pablo Iglesias acerca de las causas del pinchazo en Andalucía.
Son muchos los simpatizantes de Podemos que ni entienden los acercamientos de Iglesias a los separatistas catalanes ni comparten el compadreo con un Pedro Sánchez que hoy dice una cosa y mañana la contraria. También parece que rechinan los aires de "vicepresidente" in pectore que se da Iglesias. Más allá de la lucha de poder entre facciones -un clásico en la tradición de los partidos comunistas-, parece que estamos asistiendo a algo más. Un ensayo para crear una plataforma capaz de comparecer ante los electores con un discurso de izquierdas no dogmático, integrador y partidario de la unidad de España. Visto que ya no se lleva lo del piolet, a partir de ahora Errejón va a ser la "bestia negra" de las redes. Al tiempo.

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