Opinión

La ceja y el Rey

Los artistas del ‘No a la guerra’, las gentes ‘de la ceja’ que tan buenos servicios le han prestado al gobierno de Zapatero, los mismos que encabezaron las movilizaciones masivas contra la guerra de Irak dan ahora la espalda al ejecutivo y miran al Rey para que eche una mano en el tema de la activista saharaui Aminatu Haidar. ‘Majestad asistimos estos días a la dramática muerte anunciada de una mujer Aminatu Haidar, sin que las gestiones políticas usuales hayan servido para lograr su regreso con sus hijos a su casa de El Aaiún’. De esta forma comienza la misiva que han remitido a la Zarzuela doscientas personalidades del mundo de la cultura y el cine tradicionalmente comprometidas con la izquierda. Aunque la carta pasa de puntillas por el tema del Sáhara apela no sólo a la posición institucional de Don Juan Carlos sino también a su relación personal con Mohamed VI. ‘Le rogamos que utilice su prestigio ante el rey de Marruecos y que interceda por la amistad publica que profesa hacia Mohamed VI’, señalan. Resulta curioso que este colectivo, la mayoría de ellos republicanos confesos, hayan optado por acudir al jefe del estado saltándose lo políticamente correcto, ante su desapego con el gobierno en este asunto. Incluso aunque había una clara consigna política de evitar cualquier reprobación al ejecutivo en sus intervenciones públicas los gestos valen mas que mil palabras. Como cualquier ciudadano y en nombre de la sociedad civil a la que representan están en su derecho de apelar a la corona si así lo creen conveniente, aunque muchos hemos echado de menos que alzaran su voz, que al fin y al cabo es un altavoz potentísimo, cuando nuestro país se ha visto en situaciones muy difíciles que atentan igualmente a los derechos humanos como el terrorismo. Ya comentaba el otro día en esta misma columna que el caso Haidar se ha convertido en una bomba de relojería para el gobierno de Zapatero y me reafirmo en tal consideración. Añado además que cuanto más se debilita la salud de Aminatu mayor es el desprestigio del presidente del que se alejan cada día mas los hasta ahora incondicionales. Las inacción del gobierno en este tema y su incapacidad para responder con contundencia a las bravuconadas y amenazas que todos los días nos lanza Marruecos no solo son una prueba de nuestra debilidad diplomática —con varios frentes de gran calado abiertos a la vez— sino también de la parálisis y descoordinación del ejecutivo en vísperas ¡nada menos! que de la presidencia europea. Dice Zapatero que las gestiones sobre Haidar son del gobierno y no del Rey y afirma que el ejecutivo sabe como hacer las cosas y cuando hacerlas. Su actitud me recuerda cada día más a la del peor Rajoy —ese que pone al límite la paciencia de algunos cuando deja que los problemas se le pudran hasta que le estallan en las manos—. La gran diferencia es que uno gobierna y el otro es solo el líder de la oposición lo cual es muy, pero que muy, sustancial. ¿Se habrá contagiado Zapatero del galleguismo extremo?

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