Opinión

La calculada campaña de Sánchez

Los responsables de campaña del Presidente Sánchez no dan puntada sin hilo. Han calculado a la perfección -hasta el momento- los pasos, discursos y puesta en escena del candidato socialista.
La presentación de las famosas 101 medidas fue una prueba de todo ello. Flanqueado, como nunca, por banderas nacionales y europeas, el Presidente-candidato desgranó una serie de medidas de enorme importancia social. Realmente es difícil oponerse a ninguna de ellas. Otra cosa es como se van a cumplir, como se van a pagar y con quien, al final, las tendrá que pactar. La necesidad de pactar a partir del 28 de Abril es la única certeza que tenemos. Propone Sánchez subida de pensiones, matrículas universitarias gratis, dentista a cargo de la Seguridad Social, revisar el copago farmacéutico. Ojalá todo ello fuera posible pero hay indicadores suficientes como para, por lo menos, andarse con un poco de cuidado con los dineros públicos.
Sánchez ha optado por dar a su campaña un contenido social. Sin embargo lo que resulta sorprendente es que de Cataluña no diga ni una sola palabra. En sus 101 medidas ni la más mínima alusión, cuando está encima de la mesa, al independentismo catalán, un asunto que va a ser clave una vez que se abran las urnas y que Iceta ha recordado hablando de un referéndum. Mientras Sánchez quiere cerrar la caja de los truenos, Iceta, desde Cataluña la abre a bombo y platillo aunque poco después, consciente de su error, se apresuró a rectificar. A Ábalos le ha pasado algo parecido cuando sugirió un eventual pacto con Ciudadanos. "De pactos no se habla" es la consigna para dejar abiertas todas las puertas.
Por ello, el candidato socialista, salvo declaraciones más que puntuales, ha logrado colocarse por encima del bien y del mal. Salvo alusiones directas a "las derechas", nada que decir de Podemos, nada que decir de la postura de Torra. Para Sánchez hay partidos que no existen aunque todos sepamos que si sumarán se volvería a repetir la mayoría de la moción de censura.
A día de hoy está en el aire un eventual cara a cara con Pablo Casado y en lo que llevamos de precampaña, el Presidente-candidato parece reservarse para la semana final en lo que a apariciones en medios se refiere. Sánchez se está cuidando y no le está saliendo mal.
Aún cuando no llegara a gobernar porque eso va a depender de las urnas y no de las encuestas, Pedro Sánchez puede escribir desde ahora mismo un discurso de triunfo. Es verdad que si el PSOE se quedara como está o retrocediera sería una hecatombe dentro de la familia socialista. Pero eso no va a ocurrir. Partiendo de 84 diputados, el PSOE solo puede ir al alza y eso, a efectos internos, es la consolidación definitiva del liderazgo de Pedro Sánchez. Un primer triunfo, el interno, ya lo tiene garantizado. La incógnita es hasta donde llega ese triunfo y si quienes están dispuestos a pactar con el PSOE tienen la misma suerte.
En cualquier caso, Pedro Sánchez ya tiene ganado el primer pulso: el interno del PSOE y esto no es cuestión menor.

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