Opinión

Las pensiones en el barro político

La cuantía de las pensiones, la forma de revalorizarlas, la salud del sistema público ha vuelto de nuevo al centro del debate político. Los partidos han dicho en numerosas ocasiones que las pensiones nunca serían materia de confrontación, que no se usaría a los pensionistas en las batallas políticas, pero nunca lo cumplen. Cierto que se creó en el Congreso la Comisión del Pacto de Toledo para en ese foro debatir todo lo concerniente a pensiones. Y cierto que se reúne y se ponen encima de la mesa propuestas. Sin embargo, otra vez, ahora la izquierda, ha sacado al barro a los pensionistas y las pensiones.
Estos días han sacado a la calle a unos cuantos miles de jubilados. Hay que recordar que en España hay más de 9 millones de pensionistas y que se pagan casi 9,6 millones de pensiones. En todo caso, se hace mucha demagogia con este asunto. Una prueba más la vamos a tener el martes próximo cuando el PSOE presente una propuesta en el Congreso para que las pensiones vuelvan a revalorizarse con el IPC. Y aquí conviene dar unos cuantos datos, aunque en este país los números se discutan. En los últimos 4 años, las pensiones no han perdido poder adquisitivo, apenas un 0,1 por ciento. Por qué no les dicen los socialistas que en 2010 congelaron las pensiones, que hubiera pasado si en estos últimos años con varios de inflación negativa, las pensiones se hubieran tocado con arreglo al IPC, pues que hubieran bajado. Por qué no dicen que la renta de los jubilados ha subido un 6 por ciento en relación a la renta media del país, mientras que, por ejemplo, en la OCDE la renta de los jubilados ha caído un 7 por ciento.
La realidad es que 9 millones de potenciales votantes son muchos votos y además hoy el PSOE cree que el camino es ser más de izquierdas que Podemos para convertirse en el referente. Y si Podemos dice `a`, el PSOE dice `a` más 2 huevos duros. Los socialistas saben que el sistema no soporta un gasto anual de 1.300 millones de euros que además se va consolidando. La Seguridad Social batió récord de recaudación en 2017, pero tiene un agujero que ha habido que cubrir con deuda de cerca de 20.000 millones, el gasto en pensiones no deja de crecer, todavía hay más de 3 millones de personas en paro y los salarios son los que son. Los socialistas saben perfectamente que el sistema no soportaría una subida generalizada en relación al IPC, porque los recursos son los que son, y que lo que proponen de subidas de impuestos es demagógico y lo acabaríamos pagando todos.
Los partidos deben sentarse en serio, pero no para engañarse y engañarnos con parches. Deberían afrontar este asunto con responsabilidad y buscar soluciones para las próximas generaciones que de no arreglarse verán cómo sus pensiones caerán de media hasta un 30 por ciento. Lo saben porque, aunque entraran al sistema 20 millones de trabajadores, se permitiera trabajar más allá de la jubilación, se añadan años de trabajo o años cotizados o más años para el cálculo, el sistema necesita una reforma profunda que pase por la transparencia, por decir toda la verdad, primar el ahorro, planes de empresa y quizá ir yendo a un sistema mixto.

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