Opinión

La polémica del SMI

El pasado mes de febrero con motivo de la subida en enero del SMI, el Banco de España publicó un informe sobre las consecuencias que podría tener para el empleo. Entonces, el banco emisor señaló que un alza del 22,3% tendría graves efectos sobre el empleo. De hecho, cifró en unos 125.000 puestos de trabajo que se podrían perder. No fueron los únicos. Otros servicios de estudios y organismo dedicados a realizar previsiones dijeron lo mismo, aún cuando las cuantías pudieran diferir.
Desde la subida en el mes de enero, la evolución del empleo ha sido aparentemente positiva. No así, cuando el dato se analiza sin el efecto calendario, es decir, desestacionalizado. El Gobierno, sin embargo, aprovechó la publicación de los datos del mes de mayo este martes, para cargar contra el Banco de España. Tanto la ministra del ramo como la secretaria de Estado de Empleo instaron al banco central a pedir perdón y pusieron en duda la profesionalidad de sus estudios y previsiones. "Los datos son mostrencos", dijo Yolanda Valdeolivas. Dejando al margen el significado de mostrenco y su equivocada relación con lo que quería decir, nunca nadie había llegado tan lejos poniendo en cuestión los trabajos del servicio de estudios más prestigiosos de España. Nunca nadie había llegado tan lejos en su crítica a un organismo independiente a cuyo frente está un funcionario de prestigio y cuya procedencia profesional es precisamente el Banco de España.
El Gobierno de Sánchez ya ha demostrado en varias ocasiones su poco respeto y la utilización partidista de las instituciones, pero en esta ocasión se ha pasado de frenada. Tanto, que este viernes el director general de Economía y Estadística del supervisor, Óscar Arce, se reafirmaba en sus previsiones, defendía la rigurosidad del método utilizado e insistía en el efecto negativo sobre el empleo de la subida en un 22,3% del SMI, algo que, en su opinión, iremos viendo en los próximos trimestres. Mejor haría el Gobierno, en lugar de criticar al Banco de España, tomar buena nota de sus previsiones y, primero no engañar a los ciudadanos, y después dar seguridad y crear el marco necesario para paliar en la medida de lo posible esos efectos perniciosos que, sin ninguna duda, tendrá sobre el empleo la subida del SMI y otras decisiones que se han anunciado y que serán igual de negativas.

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