Opinión

Pablo Iglesias no puede seguir en el Gobierno

La "suerte" del nuevo rico Pablo Iglesias en su lujosa mansión : "Tengo mucha suerte porque tengo jardín en mi casa para sacar a mis hijos y soy consciente de que millones de familias en este país están teniendo a los niños en pisos de 40, 50 o 60 metros". Este es el comunista que predica la III República y la igualdad social a los más débiles, en fin...

El vicepresidente segundo, y sus ministros acólitos, no pueden seguir por más tiempo en el gobierno de España. Simplemente, por la supervivencia económica de los 47 millones de españoles y españolas que aquí vivimos.

Con unas previsiones del FMI, de una caída de la riqueza nacional de más del 8%, y con un pronostico del paro con un crecimiento de mas un 20%, con más de 5 millones de posibles parados, pues como que las tesis rupturistas de extrema izquierda radical, y dictatoriales de Pablo Iglesias y sus ministros de Podemos, ya no tienen cabida. A menos que alguien busque la autodestrucción colectiva del Estado.

A mayores, lo que también debería plantearse de inmediato el presidente del ejecutivo, es practicar un ERTE a cargos públicos y sectores públicos de las muchas administraciones que pululan en este país. Algunas de las cuales son totalmente prescindibles en este momento.

La economía real de España, y su columna vertebral, el tejido económico, compuesto principalmente por autónomos, microempresas y pymes, no podemos seguir manteniendo -con una abrumadora carga fiscal y de cotizaciones-, un sin fin de administraciones públicas y de cargos y funcionariado público, simplemente porque ya no es sostenible. El Gobierno debe de aplicar de inmediato un ERTE al sector público, (excluyendo al sector sanitario y fuerzas de la seguridad) de manera temporal de inicio, y  por 12 meses como mínimo.
Autónomos y pymes ya no podemos soportar la carga impositiva actual para mantener un entramado de múltiples administraciones con toda la masa salarial pública que ello conlleva .

Una masa salarial  de funcionarios y trabajadores públicos que supera ampliamente los 128.000 millones de euros de coste a las arcas públicas, según la estadística de cuentas trimestrales no financieras. Y eso, es insostenible con una deuda pública que a día de hoy es del 95,8% del PIB, y cuyas previsiones de sitúan a corto plazo por encima del 110%. Todo ello con una deuda del sector privado que se va incrementar en los próximos meses en más de un 20%.

Nuestra realidad actual es, que España, cuenta con más de un receptor de rentas públicas por cada trabajador del sector privado debido al progresivo envejecimiento de la población, el aumento del paro tras el estallido de esta  crisis sanitaria y económica, y el abultado peso del empleo público. Como consecuencia, existe una creciente brecha entre los ciudadanos que obtienen sus remuneraciones del mercado a través de transacciones voluntarias y productivas basadas en el mutuo beneficio y quienes las obtienen de manera directa o indirecta de las Administraciones.

La desigualdad social ya esta servida en bandeja de plata. Y con una clase media que ya está perdiendo, en tan solo unas semanas, el poder adquisitivo recuperado de la anterior crisis del 2009. El alto empleo temporal que nos espera, sumado a una demanda del petróleo que se hunde a niveles de hace 30 años, presagia que está crisis, ni va ser coyuntural, ni tampoco nuestra recuperación va ser en forma de V. Esto es lo que hay. Y cuánto antes lo asumamos mejor, para poder enfrentarnos a lo que se nos viene encima con soluciones resolutivas.
Por último decir, que los fallecidos por coronavirus, no son números ni estadísticas. Son personas cuyos familiares ni siquiera han podido estar con ellas en sus últimos momentos.

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