Opinión

Jóvenes sin derecho a vivienda

Sólo un 29% de nuestros jóvenes puede realmente independizarse, es decir, que únicamente uno de cada cuatro dispone de un empleo o recursos económicos suficientes para poder afrontar una vida fuera de la unidad familiar. Y de este porcentaje únicamente el 88% de los jóvenes menores de 35 años pueden permitirse arrendar una vivienda, mientras el 12% si pueden tener disponibilidad o recursos económicos para poder tener una vivienda en propiedad. 
Los dos principales motivos por los que nuestros jóvenes se decantan por el alquiler de su vivienda habitual, son producidos por una movilidad laboral o educativa, o por la falta de recursos económicos suficientes para poder tener una vivienda en propiedad. ¿Pues con estos datos algo habría que hacer, digo yo? 
Las administraciones locales deben ser más audaces y ambiciosas a la hora de facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes menores  de 35 años en vez de limitarse a ejecutar su parte en las actuaciones que la Xunta y el Gobierno central programan (como por ejemplo en mi ciudad), dentro de sus respectivos planes de vivienda.
La elevada tasa de paro de Ourense, la más alta de las siete ciudades gallegas, junto con la actual precariedad laboral de los jóvenes (alta temporalidad y bajos salarios) dificultan su emancipación por el difícil acceso a una vivienda en régimen de alquiler y ello a pesar de que en la ciudad existen más de 14.000 viviendas vacías. 
Para afrontar esa problemática, se deben adopten medidas específicas, y detallo algunas:
Aumentar el porcentaje de reserva de suelo para vivienda protegida hasta un 4 %, duplicando así el actual. Creación de una línea de ayuda para sufragar los gastos de un seguro de caución, cubriendo los perjuicios por eventuales impagos de renta o por daños en las viviendas alquiladas a menores de 35 años. Implantar un arbitraje en los arrendamientos como alternativa a la vía judicial. Desarrollar líneas más eficientes y transparentes en la gestión del Patrimonio Municipal del Suelo. Una mejor gestión del PMS permitiría a los  ayuntamientos disponer de más suelo para la construcción de viviendas protegidas o disponer de un parque de alquiler social. 
Realizar una profunda revisión de la fiscalidad municipal sobre la vivienda (IBI, Plusvalía, ICIO, tasas urbanísticas) reduciéndola y adaptándola a esas demandas de los jóvenes ourensanos de emancipación y acceso a una vivienda digna.
En definitiva, si realmente no nos preocupa que más de 6.000 jóvenes ourensanos se hayan marchado en los últimos años de su hogar familiar hacia otras comunidades o países, por falta de oportunidades laborales y de posibilidades de emanciparse, pues como que nuestro conformismo rozaría lo absurdo y la vez lo esperpéntico.
Si no somos capaces, como padres, de luchar por el futuro de nuestros hijos, y por nuestro propio presente, pues como que la reflexión interior que deberíamos hacer con nosotros mismos debería ser muy profunda. Si hay futuro, pero este no se consigue prácticando un conformismo autodestructivo,sino todo lo contrario, desarrollando un inconformismo activo. Es lo que pienso.

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