Opinión

Torra: leña al fuego

Si la pregonada vía eslovena, la huelga de hambre de cuatro presos nacionalistas y la desautorización de los mossos, como encargados de garantizar el orden público, son otras tantas formas de recuperar la unidad perdida del bloque independentista, hemos de convenir en que Torra y Puigdemont, que en Bruselas acaban de fletar el llamado consejo de la república, han hecho un pan de obleas. El propio expresidente de la Generalitat constató en dicho acto la desunión que ahora les aqueja.
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), una de las dos grandes fuerzas del nacionalismo, sigue apostando por el repliegue táctico (aplazar a mejores tiempos el delirio de romper con España). Por tanto, sus dirigentes, con el también encarcelado Junqueras a la cabeza, no comparten dichas iniciativas.
Les parece inútil y contraproducente la huelga de hambre de cuatro dirigentes vinculados a Junts per Cataluya (exconvergentes fieles a Puigdemont). En esa misma línea se ha expresado Artur Mas, expresidente de la Generalitat, Artur Mas. Entiende que es una irresponsabilidad que quien ocupa ahora ese cargo se ponga del lado de los activistas (CDR) que revientan en la calle las libertades ajenas de expresión y circulación.
Eso han hecho estos últimos días los comandos independentistas que, en nombre del antifascismo utilizan métodos claramente fascistas (tácticas paramilitares, intolerancia, violencia, supremacismo, xenofobia y sueños imperiales con efecto retroactivo).
A este paso, lo que van a conseguir los dirigentes de ERC es que sus socios del Govern les consideres traidores a la causa. No sería la primera vez. Pero ahora cuentan con la primacía electoral en el campo nacionalista que le auguran las encuestas. En realidad lo que reflejan los sondeos es la creciente desconexión de la realidad catalana que a Puigdemont le impone el alejamiento geográfico. Y también reflejan el hundimiento de Torra en la valoración de una ciudadanía que se ha echado a la calle en defensa de sus derechos profesionales y laborales. Un malestar social extensivo a los propios funcionarios de la Generalitat, convocados a la huelga general este miércoles, 12 de diciembre.
Pero Torra, a lo suyo. En Bruselas ha dicho que para hacer efectiva la república catalana, "estamos dispuestos a todo". Dicho un minuto después de haber apostado públicamente por la "vía eslovena" hacia la independencia.
Muy preocupante, si recordamos que la desconexión eslovena de la antigua Yugoeslavia en 1981 costó sesenta muertos en 1981. ¿Qué quiere decir Torra, si no, cuando se refiere a los eslovenos que "decidieron determinarse y tirar hacia adelante por encima de todo"? ¿En qué pensaba cuando dijo "hagamos como ellos"?

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