Opinión

Iglesias for president

Nada es inocente en política, cuya regla de oro es el principio de oportunidad. En eso pensó Pablo Manuel Iglesias al ofrecerse al Parlamento como presidente del Gobierno para salvar la democracia. Y puede que en eso se haya inspirado la presidenta del Congreso, Ana Pastor, militante del PP y fiel seguidora de Mariano Rajoy, al poner fecha a la consabida moción de censura presentada por Podemos.
Si Podemos banaliza el uso de una herramienta política tan importante como la moción de censura, a nadie puede sorprender que el PP haga lo mismo, orientando el evento hacia un martes y trece. De momento, un motivo de chanza que el presidente del Gobierno aprovechó en el Senado, cuando aludió al sentido del humor de la presidenta de la Cámara durante un vivo cruce verbal con el dirigente de Podemos, Ramón Espinar (hijo).
Aún así, no son banales los motivos del retraso. Al menos los motivos técnicos o reglamentarios. Olvidemos en este punto los de carácter político, siempre debidos a razones de oportunidad por una y otra parte, como queda dicho. De entrada, se ha consultado la decisión con los jefes de fila de las fuerzas representadas en el Congreso. Y han entendido mayoritariamente que la moción no es prioritaria si compite en la agenda con los Presupuestos Generales del año en curso. Eso sí es prioritario, pues se trata de una de las tres funciones centrales asignadas al Parlamento: aprobar las cuentas del Estado.
Además de hacer leyes, la otra función es controlar al Ejecutivo. Función ordinaria que cursa mediante mociones, proposiciones no de ley, preguntas por escrito, sesiones de control oral de los miércoles, etc. Pero la moción de censura, como reprobación al Gobierno, es una forma de control especial o no ordinaria, cuya regulación no impone a la Presidencia de la Cámara un plazo tasado de celebración.
En su aireado ataque de contrariedad por la demora, Podemos apela a razones de urgencia. De prisa por desalojar del poder a "un partido corrupto que está parasitando las instituciones", dicen. Pero es un diagnóstico de parte. Solo para Podemos era exigible celebrar cuanto antes la sesión. Los demás, excepto Bildu (2 diputados), parece que ERC (9 diputados) y quizás el PdeCat (8 diputados), prefieren seguir el paso de los PGE por el Senado, y que espere la moción hasta el13 de junio.
Al fin y al cabo, hasta las piedras saben que el ofrecimiento de Iglesias a enderezar desde Moncloa lo que Rajoy ha torcido es un brindis al sol que solo pretende poner en apuros al PSOE, con la extravagante pretensión de colocar a los socialistas junto a los corruptos si no apoyan al jefe de Podemos. O de darle el abrazo del oso si apoyan a Pablo Manuel como presidente del Gobierno llamado a salvar la democracia. Qué cosas.

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