Opinión

Para Valle Inclán o Vizcaíno Casas

La situación es surrealista. Ustedes me dirán, si es que logran llegar ahí, si la situación actual en este país es normal o más bien digna de la pluma de Valle Inclán para un esperpento o del mismo Vizcaíno Casas para reproducir aquello de las “Autonosuyas”. Lo de Cataluña está llegando, ya llegó, a esa altura. Bien podríamos también acudir a Groucho Marx y hacer buena su frase: “Partiendo de la nada hemos llegado a las más altas cotas de la miseria”. Porque eso es lo que estamos viviendo. Una terrible miseria, carencia de ideas, de líderes y de contenidos plausibles. Nada de nada. Unicamente “genialidades” salidas –eso parece- tras una noche de botellón juvenil.
El actor y dramaturgo Albert Boadella da un paso al frente para crear una nueva autonomía por si eran pocas las 17. Nada menos que Tabarnia, pretendiendo resucitar el Condado de Barcelona. Y el personal partiéndose de risa unos, tomándolo a broma los otros y vituperando la situación los más. Claro que si gobierna Boadella, gran aficionado a la tauromaquia, volverían los toros. Porque es contundente cuando afirma del arte de Puchades: “La emoción del ritual taurino está por encima del resto de las artes. No existe en el mundo occidental ninguna ceremonia capaz de conmover y elevar con semejante fuerza al ser humano”.
Un grupo de poblaciones de Barcelona y Tarragona, a las que les asisten muchas razones prácticas, pretenden separarse del batiburrillo creado en la Generalitat dándole un corte de mangas a encarcelados, huidos, exiliados y demás que llegaron a donde están (se está viendo en el célebre caso Palau) gracias a una gestión corrupta que pasa por los tribunales. Décadas de “pujolismo” que han servido para hacerse ricos, ricos, dignos de delicioso plato de Argiñano. Y el vituperado por la Generalitat y “exiliado” fuera de Cataluña, el autor y actor Boadella pretende, igualmente, tomar posesión de la nueva Tabarnia creando un problema más añadido a esa situación prolongada en el tiempo.Tabarnia, la nueva comunidad, estaría formada por el Tarragonés, Bajo Campo, Bajo Penedés, Alto Penedés, Garraf, Bajo Llobregat, Barcelona, Vallés Oriental, Barcelonés, Vallés Occidental y el Maresme. Y el resto de Cataluña sería “Tractoria”, recordando a la tractorada de los Pagés. Increíble esperpento.
La Constitución española necesitaría una revisión en tiempo de calma. Con este caldo de cultivo sería perniciosa la renovación como han asegurado los padres de la misma Miguel Herrero, Pérez Llorca y Miguel Roca con sentido común. Tengo claro que aquella redacción del 78 acaso fue en algunos temas muy precipitada. Se han creado, en el titulo 8º, las 17 autonomías y alguna de ellas sin sentido. Surgieron más exigencias que, en realidad, es algo a revisar. Pues bien, al amparo de aquel célebre titulo, son ahora los de Tabarnia los que piden una autonomía más. Me parece bien que estén hartos de tantas ideas y venidas de los últimos años, pero nunca para llegar a la creación de otra entidad más. Sobran las actuales. Lo que sería necesario es que la Cataluña de la actual Generalitat volviese al sentido común, echase mano de su buen hacer de siglos y viviesen y dejasen vivir en paz y tranquilidad sin crear tanta crispación.
Lo de Tabarnia es como el corolario de una situación que se desconoce su final. Una cosa es cierta, y ya lo hemos dicho aquí varias veces, y es que da la impresión de que vivimos con enajenados mentales que elevan a la categoría de “ideas”, “ocurrencias” salidas de desequilibradas mentes.  Veremos en que acaba todo esto que está siendo la pimienta de una sociedad que parece desnortada. Esperemos que la cordura vuelva a ese pueblo noble, emprendedor y plural.

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