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La UVigo repara y dona el 30% de los ordenadores en desuso

Pablo Fonseca es el coordinador del Grupo de Reciclaje Informático de la Universidad de Vigo.
photo_camera Pablo Fonseca es el coordinador del Grupo de Reciclaje Informático de la Universidad de Vigo.
Un alumno del máster en Biotecnología Avanzada es el coordinador del grupo de reciclaje

 La Universidad de Vigo lleva quince años dando una nueva vida a los ordenadores que quedan fuera de uso pero que pueden dar servicio a múltiples organizaciones sin ánimo de lucro. Decenas de colectivos participaron en las sucesivas convocatorias universitarias y se llevaron equipos para realizar sus tareas, desde una asociación de vecinos hasta un club de balonmano o un grupo de gaitas de O Morrazo. De esto se ocupa el Grupo de Reciclaje Infomático, que está situado en la Facultad de Filología y depende de la Oficina de Medio Ambiente de la UVigo. Un becario se ocupa de coordinar estas tareas, en las que también participan voluntarios. Este año la persona elegida es Pablo Fonseca, que cursa el máster de Biotecnología Avanzada en la Universidad de Vigo.
La iniciativa surgió como una necesidad. “Era un residuo que se estaba produciendo en gran cantidad y que se llevaba al gestor autorizado para su reciclaje. Algunos ordenadores valían y desde la OMA se pensó que era una pena que no se les sacase provecho, que no se pudieran reutilizar. Fue así como surgió el Gruvi”, explica el técnico Sergio Ramos.

El 30% se reutilizan
Entre un 25% y un 30% de los ordenadores que les llegan se consiguen reutilizar por norma general. En otros casos se aprovechan solo algunos componentes. El Grupo de Reciclaje recibe tanto ordenadores averiados como los que quedan obsoletos porque la Universidad necesita mayores prestaciones para su trabajo. En fecha reciente, les llegó un gran volumen de ordenadores desde la biblioteca del campus de Ourense. Como curiosidad explican que los ordenadores que descartan desde Ingeniería Industrial, Teleco o Informática, donde conocen más estas tecnologías, “vienen tan aprovechados que se mandan directamente al gestor,  ya es chatarra electrónica”.
Pablo Fonseca es biólogo pero es aficionado a la informática y a la electrónica. “Aquí tengo la oportunidad de cacharrear un poco, probar cosas que en mi propio ordenador no me atrevería a probar, y me gusta ver que esto se mantiene en pie, que hay organizaciones sin ánimo de lucro que se van a beneficiar de esto y a la vez la Universidad intenta hacer algo con residuos que son difíciles de gestionar y pueden ser dañinos”. Además de las reparaciones, considera que le aporta experiencia  a la hora de organizar y gestionar  una actividad de este tipo.


 

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