piragüismo

Una vida por el kayak y el Tudense

Esteban presencia una regata junto a jóvenes del Tudense
photo_camera Esteban presencia una regata junto a jóvenes del Tudense
Esteban Alonso lleva tres décadas ligado al club de Tui , donde ha sido piragüista, entrenador y director deportivo
Hace de todo. Coordina aquí, entrena allá. Divulga, trabaja, ayuda. Se apasiona. Esteban Alonso tiene 50 años y lleva 30 ligado al Káyak Tudense. Más de la mitad de su vida. Un espacio vital en el que el club de su pueblo se ha convertido en su casa, en uno más de su familia. Y que, como él, de su mano y de la de tantas otras personas entregadas a la causa, ha crecido fuerte y sano. De poco más de una asociación formada por un grupo de amigos a una referencia a nivel estatal e internacional, con palistas de toda España en sus filas y deportistas de Brasil y Argentina, entre otros países, integrados en sus grupos de entrenamiento.
"Empecé a hacer piragüismo el día después de que Quique Míguez se colgase la medalla de bronce en Los Ángeles 84", rememora. Así empezó todo. Y como suele ocurrir, siguiendo la estela de una referencia, de un pionero que marca el camino. "Si este tío ganó una medalla, por qué no voy a poder ganar yo un par de ellas". Ese fue su pensamiento en aquel momento. La siguiente, obvia, es si esa reflexión se cumplió. "Qué va, qué va", se apresura a decir entre risas. "Era muy malo. Mi nivel deportivo fue muy mediocre", afirma Esteban sin medias tintas. Alonso no se anda por las ramas cuando rememora su etapa como palista, primero en el Penedo, el otro club de Tui, donde empezó en 1984. Cinco años después pasó al equipo del Tudense. A su equipo. Pese a su rotundidad a la hora de devaluarse como deportista, puede decir que es medallista en un campeonato de España. Pero la vocación de Esteban está en la enseñanza. Se graduó en Magisterio y mientras preparaba oposiciones se bajó de la piragua para dedicarse a entrenar. Era el año 92. Un nuevo comienzo.
También lo fue para el Kayak Tudense. "Éramos poco más que unos palmeros de Quique Míguez, que era el deportista más grande que teníamos. Luego había un salto enorme de nivel entre él y el resto", comenta. El plan más sólido, como casi siempre, es el que menos prisa requiere. Alonso decidió que había que volcarse en el trabajo con los niños. Sembrar semillas en el presente para recoger frutos en el futuro. De este modo llegó la internacionalidad de Marcos Míguez, hermano de Quique, y las dos primeras preseas mundiales para el club, logradas por Juan Carlos Lorenzo en el evento júnior de Japón en 1995.
El siguiente paso, avanzar de un grupo de individualidades a un gran equipo. Se logró. Desde 1997, el Kayak Tudense no se ha bajado del podio en los Campeonatos de España. "Estar 22 años consecutivos en la élite es algo muy importante y, al menos en nuestro deporte, nadie lo ha hecho", comenta con orgullo Esteban. "Tenemos más de 50 internacionales y más de 50 medallas en Europeos y Mundiales", agrega.
Un crecimiento exponencial con Esteban Alonso como director deportivo y alma máter del club. Pero todo pasa. Actualmente, Esteban se dedica a planificar el trabajo del equipo de alto rendimiento, además de estar volcado en Roi Rodríguez, todavía con opciones de meterse en los Juegos Olímpicos de Tokio. El testigo en esa labor de coordinación lo ha recogido Manuel Pedrares, al que Esteban también entrenó en su momento. "No fue un excelente deportista, pero es una excelente persona. Y es un gran éxito que esté ahí dedicándole tanto tiempo al club", destaca Alonso, que también menciona a José Luis Bouza en esa labor de entrenamiento.
"Mi trabajo ahora es residual", comenta Alonso, que compagina el Tudense con su empresa de distribución de material de piragüismo. Pero Esteban no desconecta. Es imposible hacerlo cuando algo forma parte de tu vida. Y eso es la entidad de Tui para él, una gran parte de su vida. Concretamente tres quintas partes de ella. "Cierro los ojos, pienso en lo que he vivido en el club y me siento orgulloso. Sobre todo por la filosofía ejemplar. Siempre hemos tratado de transmitir a los deportistas que lo primero es ser personas honradas, luchadoras, constantes", expresa con sentimiento. A su medio siglo de vida y pese a la diversificación de sus actividades, esa llama sigue viva. "Tener 50 años, entrar en el club y estar con los chavales, te hace sentir un poco más joven", reconoce, al tiempo que afirma entre risas que "el complejo de Peter Pan" está presente a la hora de seguir. "Es pasión. Por este deporte, por el sacrificio y por el respeto", concluye. Pasión por piragüismo. Pasión por el Tudense. Ese es Esteban Alonso.n

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