El madrileño Luis Miguel Sánchez y la portuguesa Sara Duarte lideraron a 921 corredores
Es la prueba atlética turística del área viguesa por antonomasia. La Andar e Correr de Baiona acudió ayer a su cita estival reuniendo en el duro circuito baionés a casi 1.000 personas en la carrera reina y a casi medio millar entre todas las de categorías menores. Una vez más, y van ya 25, la villa del Val Miñor aunó deporte y fiesta con una participación que, a su vez, mezcla a los locales con los visitantes.
La mañana amaneció nublada pero no restó espectacularidad a la cita. El Parque de la Palma se convirtió un agosto más en el centro de actividad de los atletas antes y después de cada una de las carreras. La hidratación, pese a que el sol estaba oculto, era preocupación clave para los que se disponían a probar su velocidad y resistencia.
La salida lanzada de la prueba reina, a eso de las 11:00 horas, fue uno de los momentos más espectaculares de la mañana atlética. La entrada del Parador Conde de Gondomar sirvió de punto de partida de casi 950 corredores –y andadores– que afrontaron con ímpetu un recorrido no exento de dificultades. De hecho, desde casi el comienzo el camino se empina por el centro de Baiona y, poco después, la dificultad se multiplica con el ascenso hasta el cruce de Baredo. El oxígeno ya escaseaba en los pulmones de los corredores y las piernas empezaban a doler.
Pero todavía había fuerzas como para seguir, esperando a que el recorrido sonriese algo más. Porque todo lo que sube baja. A mitad de prueba, la propia carrera ya había seleccionado a los dos corredores que apuntaban a vencedores: el madrileño Luis Miguel Sánchez y Óscar Bernárdez, de Salvaterra do Miño. Finalmente, el triatleta fue más veloz en el segundo tramo, en el que aumentó el ritmo favorecido por el recorrido, y ganó con casi un minuto de ventaja.
En cuanto a la categoría femenina, la portuguesa Sara Duarte no dio opción alguna a sus rivales. Enseguida se marchó en solitario y entró en meta con casi minuto y medio sobre Sara Castillo y casi cuatro sobre Oihana Oleaga.n
La mañana amaneció nublada pero no restó espectacularidad a la cita. El Parque de la Palma se convirtió un agosto más en el centro de actividad de los atletas antes y después de cada una de las carreras. La hidratación, pese a que el sol estaba oculto, era preocupación clave para los que se disponían a probar su velocidad y resistencia.
La salida lanzada de la prueba reina, a eso de las 11:00 horas, fue uno de los momentos más espectaculares de la mañana atlética. La entrada del Parador Conde de Gondomar sirvió de punto de partida de casi 950 corredores –y andadores– que afrontaron con ímpetu un recorrido no exento de dificultades. De hecho, desde casi el comienzo el camino se empina por el centro de Baiona y, poco después, la dificultad se multiplica con el ascenso hasta el cruce de Baredo. El oxígeno ya escaseaba en los pulmones de los corredores y las piernas empezaban a doler.
Pero todavía había fuerzas como para seguir, esperando a que el recorrido sonriese algo más. Porque todo lo que sube baja. A mitad de prueba, la propia carrera ya había seleccionado a los dos corredores que apuntaban a vencedores: el madrileño Luis Miguel Sánchez y Óscar Bernárdez, de Salvaterra do Miño. Finalmente, el triatleta fue más veloz en el segundo tramo, en el que aumentó el ritmo favorecido por el recorrido, y ganó con casi un minuto de ventaja.
En cuanto a la categoría femenina, la portuguesa Sara Duarte no dio opción alguna a sus rivales. Enseguida se marchó en solitario y entró en meta con casi minuto y medio sobre Sara Castillo y casi cuatro sobre Oihana Oleaga.n
