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Un minuto de desconcierto

Los jugadores del Athletic celebran uno de los goles de Raúl García ante los célticos Néstor Araujo y Brais Méndez.
photo_camera Los jugadores del Athletic celebran uno de los goles de Raúl García ante los célticos Néstor Araujo y Brais Méndez.

Un minuto desastroso, entre el 14 y el 15, y un regalo de Rubén Blanco noquearon al Celta en San Mamés y dejaron al equipo celeste pendiente de la última jornada para sellar la permanencia, aunque la derrota del Girona ante el Levante facilita notablemente el objetivo el próximo fin de semana en el estadio de Balaídos.

Dos cambios en el once
Fran Escribá introdujo solamente dos cambios en el once con respecto al que alineó en la jornada anterior ante el Barcelona. En el centro de la defensa, el técnico celeste optó por Hoedt en lugar de Cabral, que ni siquiera entró en la convocatoria, y en el ataque, Brais recuperó su puesto en la derecha en detrimento de Boufal, mientras que Boudebouz se mantuvo en el equipo titular, esta vez por la izquierda. En San Mamés, Escribá varió su habitual dibujo 4-4-2 y apostó por un 4-2-3-1, con Maxi como hombre más adelantado.
Un comienzo prometedor
El Celta firmó un inicio de partido prometedor, presionando arriba al Athletic, defendiéndose con orden y buscando la portería rival siempre que podía. Eso sí, las únicas ocasiones viguesas llegaron a balón parado. A los cuatro minutos, el árbitro anuló un gol de Maxi por claro fuera de juego tras un saque de falta de Brais y en el 12, otra falta lanzada por Boudebouz la remató el uruguayo fuera por poco.

Y un minuto desastroso
El equipo vigués empezó a perder el partido en un minuto desastroso, entre el 14 y el 15. Primero, Néstor Araujo cometió un penalti infantil sobre Muniain y Raúl García adelantó al Athletic desde los once metros. A continuación, una combinación entre Williams, Muniain y el propio Raúl García terminó con el segundo tanto del navarro. Las dos acciones llegaron por la banda izquierda celeste, donde Lucas Olaza careció de la ayuda de Boudebouz. A pesar del 2-0, el Celta reaccionó y pudo reducir distancias en el 19 con una jugada de Lobotka mal rematada.
El regalo de Rubén
Cuando el Celta se había rehecho de su minuto aciago, el Athletic golpeó de nuevo debido a un flagrante error de Rubén Blanco, que despejó defectuosamente, el balón rebotó en Williams y el ariete rojiblanco marcó a puerta vacía. Con muy poco, el conjunto bilbaíno se fue al descanso con un 3-0 a favor.
A pensar en el Rayo
Los célticos intentaron recortar diferencias en el inicio de la segunda mitad, pero no lo consiguieron y Escribá empezó a pensar ya en el partido de la última jornada contra el Rayo Vallecano. En el minuto 62, el técnico celeste decidió proteger a Maxi Gómez, apercibido de sanción, y lo sustituyó por Boufal.
El favor del Levante
El Celta no jugaba solamente en San Mamés, sino también en Montilivi, donde las noticias se sucedieron durante la tarde y finalmente beneficiaron a los celestes. La derrota del Girona deja al equipo vigués virtualmente salvado por su mejor 'golaverage', aumentado por el tanto final de Iago Aspas. n

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