Opinión

De trenes, autovías y autopistas

Hay que agradecerle a José Luis Ábalos su claridad y que no se anda con rodeos, incluso con su propio jefe, Doctor Sánchez, con quien ya se las ha tenido tiesas en público en un par de asuntos, a cuenta de sus opiniones divergentes sobre Andalucía y la celebración del Consejo de Ministros en Barcelona. También ha sido bastante claro en su oficio principal, ministro de Fomento, con respecto a Vigo, ciudad a la que un día llegó, hizo una rueda de prensa exprés, y se marchó tras dejar encima de la mesa varios titulares contundentes. Vamos por partes. La nueva autovía A-52 Vigo-Porriño, que Rajoy había anunciado a través de una vía rápida extraordinaria la envió  al pantano de su tramitación ordinaria a través de los Presupuestos del Estado, cuya aprobación está más que difícil. Había un principio de acuerdo para eliminar el peaje entre Vigo y Redondela, en la salida anterior a Rande, pero Ábalos colocó la propuesta en vía muerta. Donde ya estaba, gracias a todos sus antecesores en el cargo, el AVE Vigo-Ourense por Cerdedo. Su contribución ha sido enviar el proyecto al limbo los próximos años: de hecho, es improbable que ya salga del éter, lo que puede ser hasta de agradecer, para que en Vigo se tomen decisiones sobre la alta velocidad antes de viajar por Santiago. En cuanto a la avenida de Madrid, proyecto de reforma firmado por su ante-antecesora, Ana Pastor, nada se sabe salvo que se encuentra en un misterioso proceso administrativo de información pública desde hace ya más de dos ejercicios. Un auténtico agujero negro incomprensible y del que no se han dado respuestas. En el haber pongamos que Fomento -y el Gobierno actual- ha mantenido el criterio del anterior y ha peleado en la UE para modificar el trazado de la red transfronteriza de ferrocarril de mercancías, que había dejado a toda Galicia, Asturias y León fuera de la conexión principal atlántica, que iba de Oporto a Francia. El Parlamento ya ha dicho que “sí” y ahora falta que también lo digan la Comisión y el Consejo. El camino es largo. Continuará...

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