salud

Tras la pista del azúcar

Disminuir el consumo de azúcares añadidos es una preocupación para muchas personas hoy en día.
photo_camera Disminuir el consumo de azúcares añadidos es una preocupación para muchas personas hoy en día.

Disminuir el consumo de azúcares añadidos es una preocupación para muchas personas hoy en día.

A pesar de lo simple que parece lograr este objetivo, va mucho más allá de sustituir alimentos dulces y bollería por fruta.
Los azúcares añadidos pueden estar sorpresivamente en muchos alimentos. Son diversas las formas con las que se puede endulzar un alimento. De hecho, en la lista de ingredientes de un producto pueden aparecer hasta 30 nombres distintos de azúcares o jarabes que aportan sabor dulce y demasiadas calorías vacías. 
Algunos de los nombres más comunes incluyen desde el azúcar de caña, el jarabe de maíz y sus variedades, (jarabe alto en fructosa, de arce, de arroz ) hasta el azúcar moreno, la miel y los sólidos cristalinos.
En la nueva directriz de la OMS de 2015 se recomienda reducir el consumo de azucares libres (añadidos) a lo largo del ciclo de vida, a menos del 10% de la ingesta, eso supone aproximadamente 12 cucharaditas (48 gramos de azúcar añadida) en una dieta de 2.000 calorías para un adulto y 7 cucharaditas para los niños. 
Una reduccion por debajo del 5% produciría beneficios adicionales para la salud. Es importante aclarar que las recomendaciones se centran sólo en los efectos de la ingesta de azúcares añadidos y no en los azúcares contenidos naturalmente en frutas, verduras, leche y demás alimentos. 
Una forma coherente de reducirlos sin tener que estar pendientes de medidas y contar cucharadas o gramos, es limitando su consumo a la forma ocasional, tal como se contempla en las Guías alimentarias para la población española (SENC, diciembre 2016) pauta representada en el vértice de la nueva pirámide de la alimentación saludable.
Algunas fuentes de azúcares agregados son fáciles de detectar como los refrescos azucarados, los cafés instantáneos, las bebidas energéticas, los cereales de desayuno, los pasteles, las galletas, los postres lácteos y los yogures azucarados. Sin embargo, los azúcares añadidos pueden ocultarse en algunos productos en los que no lo esperamos como:
4 Alimentos de preparación instantánea (café, avena, cereales, cereales integrales y granola.
4 Comidas congeladas.
4 Barritas dietéticas, de fibra y de cereal.
4 Preparados lácteos vegetales. (leche de avena, soja, coco) 
4 Salsas de tomate, barbacoa, queso. 
4 Carnes procesadas (salchochas, fiambres)
4 Fruta desecada, fruta envasada, compotas y zumos de fruta.
4 Aderezos para ensaladas tipo césar, crema de queso azul, etc.
Además de leer la etiqueta de los alimentos para descartar los productos con azúcares añadidos y sustituirlos por alternativas más saludable, te aconsejo emplear frutas y verduras para agregar sabor dulce a tus platos. Combina trozos de plátano o melocotón con la avena de desayuno y da preferencia a salsas y postres preparados por tí, en los que hayas tenido el control de los ingredientes y sus cantidades..

Envíe sus dudas a: 
[email protected]

Te puede interesar