Cartas al director

TRanquilidad

Un   término lingüístico al que nuestros “amados” gobernantes dan un nuevo significado. Definieron inicialmente (ellos o sus predecesores de la izquierda) como “interrupción voluntaria del embarazo” a matar a un niño en el vientre materno. Siguieron con “hacer justicia” al profanar una tumba para reavivar el odio entre españoles que ya estaba apaciguado hacía más de 80 años. Después nos quieren hacer creer que es “muerte digna” matar a una persona por ser mayor o tener una enfermedad que no quieren aliviar o curar. Pero el colmo del cinismo nos viene de Carmen Calvo (que no es Carmen de España), cuando hablando de la terrible felonía del gobierno contra las Instituciones, concretamente ahora contra nuestro Rey, dice que hay que tener “tranquilidad”; es decir, para ella tranquilidad significa acatar todos los abusos del gobierno sin oponer resistencia alguna y con absoluta sumisión.

Carmen, poca lucidez has tenido y tienes en tu paso por la política; tus derivas ideológicas ahogan una posible capacidad para obrar con rectitud y acierto. No creo que ello sea producto de tu apego al comportamiento de tus propios compañeros republicanos que bombardearon tu pueblo, Cabra, en noviembre del 38, dejando cientos de muertos. Hasta dónde llega tu desdicha que hasta tienes prohibido judicialmente la entrada en EEUU; ¿qué habrás hecho? Pero en el gobierno que te has metido, tu mayor acierto sería abandonarlo cuanto antes; ya está suficientemente desprestigiado, no solo en España, sino en gran parte del mundo. “La única verdad de la izquierda es que siempre miente”, dice González Terol.

Qué triste es ser víctimas de la gran incompetencia de un Gobierno, tan grande como su maldad. No da un solo paso en su gestión que no vaya dirigido a su autopromoción y para derribar nuestro Estado democrático. Jamás hizo nada a favor de los ciudadanos, ni para consolidar el prestigio de las instituciones.