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El 'tesoro' del Marqués, a recaudo en Castrelos

La excavación, tal y como ha quedado tras realizarse las catas arqueológicas.
photo_camera La excavación, tal y como ha quedado tras realizarse las catas arqueológicas.

Las piezas de interés halladas, remitidas al museo municipal

nnn Bajo el antiguo Palacio del Marqués de Valladares, el mayor edificio del Casco Vello, había un tesoro en forma de restos superpuestos de varias etapas de la historia de Vigo. Lo más importante ya ha sido trasladado al Museo Municipal de Castrelos, en cuya sala de arqueología se exhibirán al lado de otros hallazgos localizados en obras de construcción, la mayoría de época romana. Destacan las estelas funerarias de la calle Pontevedra y el monumento también fúnebre hallado en un edificio en Areal. Y ahora, los restos localizados en el barrio histórico en un trabajo de rehabilitación de un antiguo edificio. La campaña ya finalizó y toca hacer recuento.
En este sentido, el departamento de Patrimonio Cultural de Galicia, de la Consellería de Cultura, señaló que en las excavaciones en el subsuelo del Palacio del Marqués de Valladares se encontraron diferentes restos materiales, entre los que destacan sepulturas de la época roma, una de ellas en buen estado de conservación. Cultura decidió hacer un registro exhaustivo, donde se documentaron todos los restos, y se aplicaron las técnicas y tratamientos adecuados. "Las piezas principales se trasladaron al Museo municipal Quiñones de León, donde actualmente están depositadas", explicó. 
El hallazgo en el Casco Vello de restos romanos y de otras épocas no sorprende. En el mismo entorno se encontró hace años una parte de una vía romana, que ahora se puede ver "in situ" en el centro vecinal de la calle Oliva, frente a la Colegiata. También ante el primer templo de la ciudad se encontró en otra reforma una tumba que se dató de la época visigoda.
En cuanto al edificio, se trata de  un complejo que da hacia dos calles principales y que ha sido durante años considerado la "joya" del barrio histórico. Cuando se construyó la actual Colegiata, que reemplazó a la iglesia románica incendiada, el Marqués de Valladares protestó porque una parte de sus terrenos quedaban integrados en el nuevo templo. n

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