SALUD

Terrazas y jardín para "evitar la angustia" de los mayores

Marc Trepat en su estudio.
photo_camera Marc Trepat en su estudio.
El arquitecto Marc Trepat propone el modelo nórdico para las residencias de ancianos dependientes
n n nEl arquitecto Marc Trepat (Barcelona, 1962) propone una nueva arquitectura más amable, basada en el sistema nórdico, para las residencias de ancianos dependientes, a menudo con demencia, con el objetivo de adaptar el edificio a sus necesidades.
Trepat apunta que esta arquitectura trata de "evitar la angustia" que sufren las personas con demencia en las residencia asistenciales de ancianos a base de evitar los "estímulos negativos", como el ruido, la falta de luminosidad o tener muchas personas a su lado, entre otros.
El arquitecto, que trabaja en el estudio BTA de Barcelona, defiende que, para conseguir este propósito, se debe trabajar con "unidades de convivencia más pequeñas", es decir, pasar de los geriátricos en los que ancianos dependientes comparten un comedor con 32 personas a que sólo lo hagan con 16 personas, sin que esto comporte hacerlas más "caras".
"¿Cuál es el truco? Muy fácil, se trata de dividir la residencia de ancianos de 32 personas en dos unidades totalmente diferenciadas de 15 o 16 residentes en el mismo edificio y con el mismo personal. Se trata de tener los mismo usuarios, usar el mismo espacio físico distribuido de otra forma, y los mismos profesionales. Tienen que percibir espacios más pequeños", insiste Trepat.
El arquitecto admite que su referente es la residencia nórdica, en las que trabajan en "comunidades muy pequeñas y hacen que el entorno sea doméstico y que incluyan vistas, jardines y terrazas", aunque reconoce que la única manera de conseguirlo en España con los recursos que se disponen es "combinar" distintas unidades.
Trepat, que trabajó cinco años en los Servicios Sociales de la Generalitat como inspector de residencias y creó su estudio de arquitectura en 1997, afirma que se debe "modernizar" el estilo de unos geriátricos que, según él, tienen un estilo demasiado "frío e institucional".
"En las últimas décadas las residencias catalanas han seguido un estilo de construcción hotelero o incluso hospitalario que deshumanizan a las personas. Hay que preparar las residencias del futuro y se deben entender como un hogar", detalla.
Trepat pone el ejemplo de la ciudad de Badalona donde hay unos 40.000 habitantes mayores de 65 años, lo que indica que tendrían que haber unas 2.000 plazas en geriátricos, pero sólo hay 730, tanto públicas como privadas. La media de Cataluña se sitúa alrededor del 4 % y asume que "es un porcentaje pequeño". "Lo que está claro es que en diez años faltarán muchas más plazas de las que ya faltan ahora. Aún así, no solo tenemos que pensar en los ancianos dependientes, hay mucha gente que está bien de salud que tiene otras necesidades, por ejemplo, compañía", añade el arquitecto.n

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