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El sonido de Dire Straits, “pero sin la cinta roja en la cabeza”

Brother in Band  ofrecerá este viernes un tributo a la banda Dire Straits, recreando el concierto que dieron en Balaídos en 1992.
photo_camera Brother in Band ofrecerá este viernes un tributo a la banda Dire Straits, recreando el concierto que dieron en Balaídos en 1992.

Ocho gallegos y un valenciano conforman Brothers in Band que este viernes tocará en el teatro García Barbón en un concierto tributo a la banda de Mark Knopfler

Bajo el liderazgo de Óscar Rosende, Antonio Abad, José Rodríguez, José Antonio Vilas, Iago Mouriño, Pablo Gisbert, Fernando Abenza, Rubén Montes y Miguel Queixas son Brohers in Band, un grupo tributo a Dire Straits, que Guy Fletcher y Mark Knopfler confundieron con si mismos. Esta semana que traen su repertorio al teatro García Barbón, recuerdan la anécdota: “Estábamos ensayando para un festival en Granada en 2008, donde también tocaba Dire Straits; al escucharnos por los altavoces, pensaron que era una grabación suya, y lo más fuerte, es que el teclista, Fletcher contó la confusión en su web al tiempo que nos felicitaba”, apuntó Rosende, para quien ese fue el mejor elogio que podían recibir.
Responsables de su interés por la música, los Dire Straits centraron la atención de un grupo de amigos que en 2008 decidieron juntarse para tocar. Crecieron hasta mover un equipo de catorce personas: nueve músicos y cinco técnicos: “Somos los únicos respetan la agrupación de nueve integrantes, la que formaba la banda cuando tocaron en Balaídos”, asegura el Knopfler gallego. Precisamente el concierto de Vigo es el que da forma al repertorio de Brothers in Band, tal y como explica su vocalista: “Nos aporta un guión y un orden a los temas elegidos, además su disco en directo salió de esa gira”.
Se reconocen como una banda tributo, pero no un plagio: “Es un homenaje que hacemos al grupo con todo el respeto y profesionalidad, pero yo nunca voy a salir al escenario con la cinta roja en el pelo; me limitaré a cantar en inglés y tocar réplicas exactas de sus guitarras (valorada cada una en más de 3.000 euros) como Knopfler con dedos, no con las púas”, avisa Rosende, para quien el objetivo principal de sus conciertos “es que el público disfrute con escuchando el sonido de Dire Straits y que apueste por los directos, porque transmiten cosas que no se pueden sentir con los vinilo”.
Para el líder de Brothers in Band, las bandas tributo están de moda “porque existe demanda de una música que marcó una época” y puntualiza que “no se trata de que estos grupos vuelvan a los escenarios, pero sí su forma de tocar”.
Brothers in Band llega a Vigo después de colgar el cartel de no quedan entradas en el teatro coruñés. En el García Barbón ya vendieron cerca de dos tercios del aforo. n

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