España

Sánchez e Iglesias se enzarzan para justificar sus posiciones

Lastra y Rufián se reunieron para hablar sobre la investidura.
photo_camera Lastra y Rufián se reunieron para hablar sobre la investidura.

El líder de Podemos volvió a defender su intención de estar presente en el Consejo de Ministros

Mientras el debate de investidura se acerca y no hay visos de que vaya a haber un nuevo acercamiento entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los dirigentes del PSOE y de Unidos Podemos se enzarzaron en una guerra de argumentos para justificar sus posiciones. Los medios de comunicación les sirven a ambos como canal para enviarse mensajes, ya sean reproches mutuos por no ceder a las pretensiones del otro o peticiones para retomar el diálogo.
Si el lunes fue el presidente del Gobierno en funciones quien daba por rotas las negociaciones con Iglesias por convocar una consulta "trucada" a su militancia, ayer fue el líder de Podemos quien, aseguró que no tira la toalla, que aún ve posible el acuerdo y que está dispuesto a ceder.
Acto seguido, eso sí, Pablo Iglesias volvió a defender estar en el Consejo de Ministros "a las órdenes" de Pedro Sánchez, porque cree que para que España tenga "el Gobierno más progresista de la historia" hay que "compartir el poder".
Fue en definitiva, otro día sin avances, y por eso proliferaron las declaraciones de dirigentes socialistas o miembros del Gobierno por un lado y de responsables de Podemos por el otro apoyando las tesis de sus respectivos líderes.
En palabras de la portavoz socialista, Adriana Lastra, Pablo Iglesias solo pretende imponer "su voluntad personal". Y si en una negociación "todos tienen que ceder" el líder de Unidas Podemos "no ha cedido nada" y solo quiso "imponer personas y puestos". Lastra sugirió incluso que lo que está ocurriendo "empieza a parecerse" a la "pinza" de los 90 (que según los socialistas había entre el PP e IU), porque Iglesias está dispuesto a votar, junto a la derecha, contra Sánchez.

consulta polémica
Antes fueron muchos los mensajes del Gobierno, como el de la portavoz, Isabel Celáa, para quien si Podemos acaba votando "no" a la investidura estará "renegando" de sí mismo y de su actuación como socio preferente de los socialistas en su último año.
Celáa pidió a Iglesias que renuncie a su consulta con preguntas "inducidas" como le reprocharon hasta miembros de Podemos, o al menos que "corrija su propia marcha" para poder seguir negociando.
Pero la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ni siquiera habló de la posibilidad de retomar el diálogo con Podemos, y reconoció que Sánchez y su equipo tienen ya la vista puesta en el debate que se inicia el 22 de julio y en el discurso que el candidato dará para pedir la confianza del Congreso.
Iglesias, por su parte, insistió en defender su posición. El líder de Podemos aseguró que Sánchez nunca le dijo que quisiera vetarlo en el Consejo de Ministros. Y señaló que él podría "jugar un papel" en dicho órgano.
Añadió, en cualquier caso, que si se vuelven a sentar a negociar él está dispuesto a "ceder", aunque no aclaró en qué. Un discurso similar al adoptado por su portavoz en el Congreso, Irene Montero.

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