Sociedad

Salir del Acuerdo de París, una victoria inútil de la arrogancia

Una manifestante sostiene una pancarta en la que se lee 'Pittburgh y París están en el mismo planeta".
photo_camera Una manifestante sostiene una pancarta en la que se lee 'Pittburgh y París están en el mismo planeta".

La decisión del presidente Trump tendrá escasas consecuencias positivas para la economía de EEUU

 La retirada estadounidense del Acuerdo de París contra el cambio Climático es una decisión del presidente Donald Trump básicamente contraproducente y con escasas consecuencias para la economía nacional, según los expertos. Trump, que en su anuncio apeló al nacionalismo, a la soberanía y a los intereses económicos del país para justificar la retirada, no ha hecho sino seguir la línea de aislamiento de Estados Unidos preconizada en su campaña bajo el lema de "Estados Unidos primero".
"La retirada del acuerdo climático de París es una victoria simbólica de la arrogancia y la ignorancia de la extrema derecha que ha encontrado su encarnación en Trump", aseguró Mark Barteau, director del Instituto de Energía de la Universidad de Michigan.
El acuerdo de París "socava nuestra economía, lesiona a nuestros trabajadores, debilita nuestra soberanía (...) poniéndonos en permanente desventaja frente a los demás países del mundo", dijo el gobernante estadounidense al anunciar su decisión este jueves. Pero esto es rebatible, puesto que en el histórico acuerdo climático de 2015 cada país estableció sus propios compromisos y, además de no ser éstos vinculantes legalmente ni su incumplimiento suponer sanciones, esas metas se pueden modificar unilateralmente.
Más que atender a los intereses estadounidenses, ya que su impacto económico será "relativamente escaso", la decisión es una concesión a sus "ruidosos" votantes sin atender la opinión incluso de la mayoría de grandes petroleras, dijo Barteau. El experto se refería a la ironía de que las estadounidenses Chevron o Exxon Mobil se hayan unido a otras petroleras mundiales como British o Shell en el respaldo al compromiso internacional para frenar el calentamiento global.

reactivar el carbón
Además, la decisión, que deja a EEUU junto a Nicaragua y Siria fuera del acuerdo, tampoco tendrá los efectos prometidos por Trump, ya que "per se, no va a reactivar la industria del carbón", declaró Inês Azevedo, profesora de Ingeniería y Políticas Públicas de la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburgh (Pensilvania). Azevedo prevé nuevas medidas del gobierno de Trump para impulsar el regreso al uso del carbón, pero dijo que aún así, la reactivación de ese sector "dependerá de las futuras fuerzas del mercado", principalmente de la evolución de los precios del gas natural. 
Más contundente se mostró Barteau, quien aseguró que la promesa de Trump al cinturón carbonífero estadounidense (Wyoming, Virginia Occidental, Kentucky, Pensilvania, Illinois, Montana y Texas, principalmente), de revivir el sector es "un disparate". "El carbón no va a regresar (...) va a continuar perdiendo (la batalla) frente al gas natural barato", afirmó.
Si hace poco más de diez años las centrales térmicas a base de carbón proporcionaban la mitad de la electricidad que consumía Estados Unidos, debido al empuje de la energías más limpias y baratas, el año pasado el porcentaje ya era sólo del 30%, superado por el 34% del gas natural y seguida por el14% de la nuclear y el 15% de las renovables (eólica y solar, principalmente). Y Trump "no puede revertir esta tendencia", aseguró el experto.

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