Disfrazada con un aura de civismo y buen proceder, los agentes de la autoridad actúan en cumplimiento de su obligación, aplicando la normativa correspondiente a todo bicho viviente. Unas veces con total rigurosidad y otras menos; aunque se entienda que siempre se aplica a todos por igual y en la misma medida.
No nos vayamos por las ramas y seamos serios. La sanción económica por multas genera una recaudación variable, pero contundente, acorde con las necesidades perentorias de las arcas del Estado.
No trato de descubrir nada nuevo que no sepa todo el mundo. Pero sí quiero resaltar que una mala gestión económica del gobierno multiplica al alza la aplicación de multas y sanciones hacía los de siempre. El ciudadano vulgar se convierte así en el cabeza de turco para aquellos que ajustan la guillotina por su mala gestión económica.
