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Rafa Nadal vuelve triunfante tras ganar a Dolgopolov en Río

Rafa Nadal limpia a soplidos su nuevo trofeo.
photo_camera Rafa Nadal limpia a soplidos su nuevo trofeo.

El mallorquín controló la final del torneo brasileño y demostró estar recuperado de su lesión

El español Rafael Nadal, número uno del mundo, volvió ayer a saborear la victoria después de la lesión de espalda sufrida en Australia con una clara victoria en dos sets sobre el ucraniano Alexandr Dolgopolov en la final del Abierto de Río de Janeiro. El mallorquín despejó las dudas surgidas en las semifinales, cuando pasó serios apuros para superar a Pablo Andújar en una muerte súbita dramática (12-10), y levantó el trofeo de este ATP 500 disputado en tierra batida al imponerse por 6-3 y 7-6 (3), necesitando de nuevo un 'tie-break', pero con menos incertidumbre que el sábado.
El líder de la ATP recuperó la concentración y el control de la pelota, jugó con cautela, desde el fondo de la pista y disfrutó de la precisión en las bolas largas de la que careció en la víspera. Sólo cometió cuatro errores no forzados en el primer set, mientras que Dolgopolov, muy agresivo, como había avisado Nadal en la víspera, se arriesgó mucho para buscar las líneas y ángulos con los que sorprender al número uno, lo que le costó cometer demasiados errores.
Para Nadal esta victoria supuso un regreso triunfal a las canchas después de que el pasado 26 de enero perdiera la final del Abierto de Australia ante el suizo Stanislas Wawrinka, con unos fuertes dolores de espalda que después le obligaron a perderse el ATP de Buenos Aires y le dificultaron la preparación para este torneo.
En el primer parcial, el mallorquín rompió el servicio en el cuarto juego (3-1), dejando a cero a su rival, y mantuvo la ventaja durante el set. Fue decisiva la fuerza mental de la que hizo gala en el séptimo juego, cuando levantó tres bolas de ruptura en contra.
En el segundo set quebró a su rival aún más rápido (2-1), aunque no fue ningún camino de rosas, ya que el ucraniano continuó sacando con fuerza y echando mano de un juego versátil. Cuando parecía que todo estaba decidido, el ucraniano se sacó una última carta de la manga y rompió por primera vez el servicio al de Manacor para igualar 5-5, una igualada que forzó llegar al juego de desempate.
En la muerte súbita, Nadal rápidamente tomó ventaja y abrió un 4-2, para luego acabar liquidando el partido con un gran golpe a la línea y un saque que el ucraniano no pudo devolver.n

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