Opinión

¿Quo vadis, PSOE?

Cuando el Partido Socialista celebró sus últimas primarias, destacados dirigentes de la llamada "vieja guardia" advirtieron del riesgo de que la militancia no estuviera en sintonía con los votantes a la hora de elegir al nuevo Secretario General.
Parece que la última encuesta del CIS les ha dado la razón. Pedro Sánchez está llevando las históricas siglas a su peor expectativa electoral de todos los tiempos. Incluso dentro de sus propias filas: del 54% que confiaba en él hace unos meses ha pasado al 39% que lo sigue haciendo. Es verdad que ejercer la labor de oposición sin estar presente en el Congreso de los Diputados es harto difícil; que el fraccionamiento de las fuerzas políticas en el hemiciclo hace menos interesantes las comparecencias en la sede de Ferraz. Pero también es cierto que la portavoz parlamentaria de los socialistas, Margarita Robles, no da la talla, si se aspira a sustituir al PP en el Gobierno. Como muestra, su intervención de ayer en la sesión de control lejos de zaherir a Rajoy logró hacerle pasar, incluso, por un estadista.
Pero los datos de la encuesta son aún más preocupantes si se estudian sin la "cocina" que, claramente, beneficia al PP en detrimento de Ciudadanos. Esas cifras reflejan la defunción del bipartidismo y el declive de la izquierda, además del retrato de un país que resultaría ingobernable de celebrarse ahora mismo los comicios. Porque Podemos tampoco sale bien librado en este CIS y mucho menos su líder Pablo Iglesias que recibe la peor calificación de todos los dirigentes políticos. Le gana hasta Alberto Garzón, al que su inclusión en la bancada de Podemos convirtió en un parlamentario "mudito", y que descubre ahora que los votantes de izquierda tienen añoranza de esa Izquierda Unida que él contribuyó a hacer desaparecer. Mal negocio.
La preocupación del PP también se evidencia en la frase que Mariano Rajoy ha dedicado a Rivera en la sesión de control. Le ha llamado "aprovechategui", a cuenta de Cataluña, y le ha pedido que en este tema sea tan leal como el PSOE; haciendo de paso un flaco favor a Pedro Sánchez. Porque si algo le está resultando rentable a Ciudadanos es su "firmeza" frente al independentismo en Cataluña. Y si algo ha truncado las expectativas de Podemos ha sido, precisamente su juego a dos bandas en la crisis con la Generalitat.
Resulta conmovedor escuchar a al portavoz del PP, Antonio Hernando, decir que ellos no se dedican a analizar los sondeos porque están entregados a gobernar para los españoles. Tal vez por eso no se han dado cuenta de que al objeto de sus desvelos no le gusta como lo están haciendo.
Queda casi un año para las autonómicas y municipales y este CIS sirve, sobre todo, para marcar tendencias. Pero la senda del PSOE de Pedro Sánchez es muy preocupante porque el descenso, lento pero imparable, recuerda lamentablemente a lo ocurrido con el resto de las socialdemocracias europeas. Y eso es muy malo para este país.

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