Opinión

El protocolo como lenguaje simbólico

Se suele decir que el Protocolo no es una ciencia exacta, es una ciudad aproximativa, en la que lo que importa es el resultado, que el acto quede bien y todo el mundo contento. Pero el protocolo es también un lenguaje simbólico, la representación visual del poder, de las instituciones. En los actos de carácter privados, el protocolo lo establece el anfitrión, cierto, pero si acuden representantes de instituciones públicas se debe aplicar la cortesía y el respeto que merecen, porque estas personas no están allí de modo particular, sino encarnando a una institución.
El pasado sábado, en la entrega del Premio Laxeiro 2018 al escritor Xosé Luis Ferrín éste aludió en sus palabras a la presencia en el acto del presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, y del alcalde de su villa natal, José Luis Ferro Iglesias. Por ello sorprendió que ambos no estuvieran ubicados con la mesa presidencial del Patronato de la Fundación, como gesto de cortesía, e incluso que no estuviera presente el alcalde de Lalín.
Presidió el acto el alcalde de Vigo, Abel Caballero. Yo creo que la cortesía institucional hubiera agradecido que tanto el presidente del Parlamento, como el alcalde de Celanova estuvieran junto al titular del patronato y el homenajeado. 
No por ellos, que son dos ciudadanos más, sino por lo que representan: Santalices es la segunda autoridad de Galicia y representa a la soberanía del conjunto del pueblo de Galicia, y el alcalde celanovés a todos los paisanos de Méndez Ferrín.

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