Opinión

A la prórroga presupuestaria

Asumido. España no entregará a Bruselas los Presupuestos Generales del Estado para 2017 en tiempo y forma. Es decir, el 15 de octubre. Los miembros del Eurogrupo han entendido finalmente que nuestro país está como está, sin gobierno, y que enviará un borrador. Y, efectivamente, analistas y expertos descuentan ya que se van a prorrogar las cuentas de 2016 y eso sí los cambios en el Impuesto de Sociedades, básicamente el adelanto de los pagos, para que las cuentas tengan una pinta más presentable después de la concesión de dos años más para el cumplimiento del objetivo de déficit sin multa ni sanción. En todo caso, la espada en forma de fondos europeos, sigue sobre nuestras cabezas. Así que muchas peticiones, como los 4.000 millones con cargo al FLA que piden algunas Comunidades Autónomas, encorsetadas ya ante la falta de techo de gasto, de objetivo de déficit y de que no haya un duro extra, veremos qué solución tienen. La realidad es que el miedo se está expandiendo de tal forma que algunas ya empiezan a hablar de que sacarán recursos de retrasar el pago a proveedores. Lo curioso es que algunas están gobernadas por el PSOE y sí de vez en cuando sus presidentes hacen declaraciones sobre la necesidad de que haya un gobierno, de evitar unas terceras elecciones. Incluso algunos se atreven a hablar de la necesidad de un debate interno dentro del PSOE. Pero, la realidad es que ya todo el mundo espera para posicionarse el resultado de las elecciones vascas y gallegas. 
Mientras eso llega, septiembre se habrá perdido para las reformas, para la inversión y para el empleo. Esta semana se conocía el informe de BBVA sobre previsiones y ya descuentan para el año próximo unas siete décimas de menor crecimiento y 200.000 empleos menos de los que habían previsto en su anterior informe. También empiezan a verse ya muchísimos datos que o bien constatan un ligero frenazo o adelantan un relativo parón. De lo que no hay ninguna duda es sobre los efectos negativos de la incertidumbre política en un momento en el que tampoco la marcha de nuestros socios y de la economía mundial en general no es para tirar cohetes. La inercia tiene un límite y en el caso de la economía española parece que se acerca. 
Veremos lo que nos cuenta el ministro de Economía en su comparecencia en el Congreso sobre el presupuesto prorrogado que se enviará a Bruselas y cómo se van a solventar las exigencias de déficit con las necesidades de las Comunidades Autónomas para hacer frente a la sanidad, educación y políticas sociales, pero también de las más de 14 millones de personas que de una forma u otra dependen de los presupuestos.

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