vertido letal en el Lagares

Un producto químico provoca la mayor mortandad de peces del Lagares

A la desembocadura llegaron peces muertos de gran tamaño. // JV Landín
photo_camera A la desembocadura llegaron peces muertos de gran tamaño.

El vertido letal se produjo en un afluente, el Barxas, que pasa por el Parque Tecnológico de Valladares

 Un vertido de origen probablemente químico provocó ayer la mayor mortandad de peces en el Lagares en toda su reciente historia. Una auténtica catástrofe que ayer investigaban los laboratorios del Concello de Vigo y de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta para saber el porqué de lo ocurrido y su origen. Ayer sólo había conjeturas y un hecho cierto: desde la mañana comenzaron a llegar cientos de peces muertos a la desembocadura en Samil, donde personal de Limpieza y Policía Local pasaron horas recogiendo los cuerpos muertos que arrastraba la corriente desde dos o tres kilómetros arriba. Al parecer, el foco se produjo en un afluente del Lagares, el arroyo Barxas, que desemboca a la altura de A Pontenova, el tramo situado entre la avenida de Madrid y Castrelos. Allí fue donde se registró la mayor mortandad, masiva. Según los primeros indicios, habría ocurrido en torno a las seis de la madrugada por un escape químico de una obra en el Barxas, que a su vez habría tenido un efecto fulminante sobre la vida del Lagares, plena en estas semanas de primavera y con el nivel del río alto. Fuentes municipales, que señalaron que la concejala Chus Lago se pasó la mañana recorriendo las márgenes, indicaron que lo más sorprendente es que los análisis realizados en el agua daban niveles por completo normales en el Ph y otros índices que se utilizan para controlar la salud del río. 
Por tanto, fue un vertido fulminante y muy tóxico, que literalmente dejó sin oxígeno a reos (truchas que van al mar), sollas, anguilas, lombrices, mújeles y el resto de la fauna del Lagares. Todo apunta al Barxas, un arroyo que pasa por dos zonas industriales y de fuerte actividad: las obras del nuevo hospital y el Parque Tecnológico de Beade-Valladares, que ayer eran los principales sospechosos del vertido mortal. No obstante, no había ninguna garantía de que el origen estuviera en alguna de estas dos áreas y quizá hasta hoy mismo no se pueda señalar el "asesino" del Lagares, un río que tras sufrir durante años unos índices inaceptables de polución es hoy en día una corriente limpia y en general bien cuidada en sus orillas y en la calidad de las aguas. La construcción de la nueva depuradora y el emisario submarino (tubo de desagüe) añadirán más garantías. n

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