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Pocos pisos, precios altos y el covid dificultan el alquiler a estudiantes

En la inmobiliaria viguesa Aranda están desbordados con consultas para alquilar a estudiantes.
photo_camera En la inmobiliaria viguesa Aranda están desbordados con consultas para alquilar a estudiantes.
Los propietarios se muestran flexibles con los contratos que, en su mayoría, no contemplan cláusula por coronavirus

n n n Los estudiantes apuran la búsqueda de pisos en alquiler ante el nuevo curso que comienza. La pandemia y la incertidumbre que la rodea dificulta esta tarea y en Vigo el asunto se complica más. Dos son los motivos fundamentales: hay poca vivienda en el mercado y es cara. "El gran problema de esta ciudad es la falta de stock, por lo que los precios van al alza claramente. El mercado está muy tensionado y vivimos de manera confinada en el sentido estricto de la palabra en este sector", señala Pablo Campos de Beneite Inmobiliaria. "Nosotros no trabajamos el nicho de estudiantes pero nos consta que se retrasó la búsqueda por lo incierto que es todo y ahora van un poco a la desesperada, rebajando exigencias y hasta se pueden conformar con pisos que no están amueblados", explica.
Pese a las dificultades, hay operaciones porque Vigo es una ciudad con gran oferta académica para universitarios y así lo señalan desde Inmobiliaria Aranda. "A partir de julio hubo un desfase de consultas, llamadas y operaciones pero el problema es la falta de stock. Para vender es sota, caballo y rey y para alquilar prácticamente nada", indica Asunción Falque. 
De ahí que los precios suban: un piso con 3 dormitorios y sin garaje, 650 euros en el mejor de los casos y 200 euros por una habitación. 
En cuanto a la cláusula covid,  es una fórmula que en el caso de los pisos para estudiantes no está muy extendida en la ciudad, si bien los propietarios se muestran flexibles con los contratos eximiendo a los inquilinos de pagar en caso de que hubiera un nuevo confinamiento. "En general, hay buena disposición por parte de los caseros que ya lo demostraron cuando se decretó el estado de alarma en marzo. Puede haber excepciones, pero en nuestro caso puedo asegurar que ninguno se ha negado", apunta la propietaria de Aranda.
Desde Beneite Inmobiliaria también constatan la "receptividad y flexibilidad" por parte de los dueños de los pisos y admite que esta cláusula no está instaurada en el alquiler de pisos en general, no sólo para estudiantes. Donde sí empieza a extenderse es en el arrendamiento de locales comerciales y también en caso de empresas que alquilan pisos para sus trabajadores y necesitan más garantías y blindarse ante los rebrotes por la pandemia.

“Estuve bastante tiempo buscando y logré una habitación para compartir”

Sergio, de Catoira, se traslada a Vigo

Sergio Lafuente es de Catoira y este curso vivirá en Vigo para estudiar Audiovisuales. "Ya estuve el año pasado viviendo aquí pero tuve que buscar gente nueva para compartir". Reconoce el joven que le costó encontrar piso y que los precios son bastante altos. "Estuve bastante tiempo buscando y esta misma semana encontré una habitación en la zona de Traviesas". Sergio preguntó a su casero si se podría rescindir el contrato "si no me adaptaba o si la situación se complicaba y me dijo que sin problema. No firmamos ninguna cláusula covid, pero hay buena disposición. El curso pasado, el propietario nos cobró el mes de marzo y los siguientes ya no". "Es una situación rara y nueva, de eso no hay duda, pero seguro que nos adaptamos. La mayor incertidumbre para mí es el curso porque sólo sé que las clases empiezan en octubre pero no sé las condiciones", argumenta.

“Hay buena disposición por parte del casero en el caso de haber confinamiento”

La viguesa estudiará este curso en Ourense

 La viguesa Patricia Casteleiro se traslada a Ourense este otoño con una beca Feuga y la búsqueda de piso fue muy rápida. "En una hora me llamaron unas chicas que habían visto mi anuncio de se busca piso en Instagram. Mis amigos me ayudaron a compartirlo y fue todo muy rápido", explica la joven sobre esta práctica muy extendida entre la comunidad estudiantil. Compartirá piso con otras chicas y hablaron con el casero acerca de la posibilidad de un nuevo estado de alarma o un confinamiento severo. "Hay buena disposición, nos comentó que se hablaría llegado el caso pero esperamos no llegar a esta situación", cuenta Patricia, que el curso pasado tuvo una experiencia regular con el propietario del inmueble en el que vivió en Santiago. "Cuando se decretó el estado de emergencia pretendía hacernos pagar los meses que quedaban, al final negociamos y llegamos a un acuerdo".

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