Opinión

Poco margen para ideologías

Si el populismo puede ser una potencial amenaza para el sistema a nivel nacional creo que, a nivel municipal, como concepto, no lo es tanto. No hay mucho margen para las ideologías, así que, para ganar y consolidarse años en el poder, no hay mejor receta que un regidor populista en mayor o menor medida. La Coruña ya lo tuvo, ahora lo tiene Vigo y, en Orense, está por llegar. Un regidor que esté permanentemente en campaña, que enarbole el nacionalismo minimalista que es el localismo, que dé soluciones fáciles a problemas complejos, que se erija como encarnación de la voluntad del pueblo y que se permita ciertos comportamientos excéntricos de vez en cuando. Si además, es medianamente honesto y consigue atraer alguna importante inversión pública o convertir la ciudad en sede permanente de algún evento de relevancia, el éxito está asegurado.
Sin embargo, algunos observatorios analizan esta realidad desde otros puntos de vista, intentando encajar la acción política municipal en términos más ideológicos. Tal es el caso de la Fundación para el Avance de la Libertad que ha publicado el Índice de Libertad Económica de las Ciudades Españolas, que mide y comparara el grado de libertad económica de las principales ciudades del país, entendiendo que una ciudad económicamente más libre será más capaz de atraer empresas, profesionales y residentes y, por lo tanto, generar más riqueza y empleo. Para ello, se analizan cuatro áreas diferenciadas. Primero: “Desempeño Económico”, en el que se ponderan factores como el presupuesto y subvenciones por habitante, morosidad a proveedores, o densidad de empresas. Segundo: “Burocracia”, empleos y gastos municipales per cápita. Tercero: “Intervencionismo”, número de empresas municipales y peso de la gestión pública. Y cuarto: “Presión fiscal”, recaudación por habitante. El estudio abarca tan sólo a treinta ciudades y, aunque declara su intención de ampliar el espectro en próximas ediciones, no incluye ni a Pontevedra, Orense, Santiago ni Lugo. Refleja a Almería como la ciudad con mayor libertad económica y a Granada con la menor. Sitúa a La Coruña en el tercer puesto, con la recomendación “contener la contratación de personal, tanto general como de la policía local”,  y a Vigo, en el cuarto, con la de “atraer más empresas y reducir el elevado tipo que aplica al Impuesto de Bienes Inmuebles. En comparación con otras ciudades, parece excesiva la plantilla de la policía local”. 
A raíz del estudio, las recomendaciones generales para los ayuntamientos son las de reducir e, idealmente, eliminar la deuda pública municipal; reducir el gasto público, conteniendo la contratación de personal; reducir o eliminar las subvenciones; reducir la tributación y las tasas que pesan sobre los vecinos y las empresas; promover una mayor cesión de tributos a la administración local para establecer una sana competencia fiscal entre municipios; mejoras frente al intervencionismo económico; desmunicipalizar y concesionar los servicios esenciales, para que sean ejecutados por empresas profesionales y especializadas introduciendo, en la medida de lo posible, elementos de competencia o, al menos, de comparación efectiva; cerrar o vender las empresas municipales; evitar toda injerencia municipal en la economía y, particularmente, las tasas hoteleras o las normas que persiguen perjudicar negocios emergentes relacionados con la economía colaborativa…
Escaso, aunque relevante margen.

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