Comenzaron las obras que quieren conquistar espacio peatonal de calidad con una inversión de 1,4 millones. A la nueva rotonda transitable se accederá por tres pasos de peatones
La plaza Columbus Circle de Nueva York, la Logan Circle en Washington, Schuman Round en Bruselas, o la Rotonda Boavista en Oporto han sido la inspiración del proyecto de reforma de la plaza de América. Las obras, que realiza Civis Global, empezaron ayer y el Concello invertirá 1,4 millones de euros.
El proyecto se define como "un paso ambicioso hacia la conquista de espacio peatonal de calidad, sostenible y con respecto a las señas de identidad".
La nueva rotonda transitable pretende mejorar la comunicación peatonal y crear una zona que mejore el tránsito entre calles que se encuentran en lados opuestos de la plaza.
Así, el acceso al interior de la rotonda se realizará a través de tres pasos de peatones, que se beneficiarán de las paradas que ya existen frente a los actuales semáforos, que seccionan la rotonda en tramos.
Los accesos peatonales serán Florida y Castelao, que confluyen en una gran isleta, la cual recoge otro de los monumentos que componen el escenario de Porta do Atlántico, y desde este gran espacio se accedería a la plaza. Otra isleta de acceso sería la que se encuentra en López Mora, y el tercer acceso se realizaría directamente desde la acera perimetral en la confluencia de Fragoso y Castrelos.
En la búsqueda de la reordenación del espacio equitativa para viandante y vehículo, se mantienen los cuatro carriles existentes de circulación y se organizan. Así, la propuesta conseguirá ampliar el anillo exterior de la rotonda a 50 metros de diámetro conquistando un espacio público, peatonal, de estancia y sostenible, ganando una nueva gran plaza pública de referencia. En el anillo exterior se proyectan tres bandas de zonas ajardinadas, que de forma gradual crecen en altura a medida que se separan del tráfico. En el anillo interior, una fuente rodeará el jardín y ayuda a amortiguar el ruido del tráfico, en forma de gradas decrecientes que acaban en una lámina de agua a la altura de los pies.
El proyecto destaca que "esta solución no es solo estética, sino que procura que en el interior de la rotonda el sonido del agua y la barrera de vegetación refugien al transeúnte de la contaminación de vehículos, del ruido y ofrezca total seguridad con la separación del vehículo, creando una nueva zona de encuentro y de recreo de los vecinos y visitantes".
El monumento de Porta do Atlántico de Silverio Rivas se mantiene en su ubicación tanto en planta como en altura. n