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Piedras cargadas de historia

A la izquierda, las piedras que quedan de la antigua estación del tren, hoy en Redondela. A la derecha, piedras del Colegio Alemán, hoy en el almacén municipal de Santa Cristina.
photo_camera Las piedras que quedan de la antigua estación del tren, hoy en Redondela.

El Asilo, próximo edificio que será desmontado para su traslado a otro punto, en este caso el Barrio do Cura. La vieja estación tendría futuro en la nueva si la propuesta va adelante. El Colegio Alemán y Agarimo fracasaron

nnn Fueron edificios históricos, de presencia visible, pero de ellos ya solo quedan algunas piedras, y no todas. Al club de la antigua estación de Renfe, desmontada a finales del año 2000; el chalé Agarimo, en 2004 y el colegio Alemán, en los 90 pronto se unirá el asilo de Pi y Margall, que acaba de recibir permiso para su demolición, salvo la fachada de la antigua iglesia, de estilo neogótico. Los cuatro están en la lista de supuestas reconstrucciones que no acaba de llegar.  Son piedras cargadas de historia y quizá de futuro. 
El que mejor parece tenerlo fachada de la iglesia, que tendría que ser recolocada en el nuevo Barrio do Cura, tras una decisión de Patrimonio histórico de la Xunta que el arquitecto Alfonso Penela ha asumido, lo que le obliga a a realizar algunos ajustes. El resto del edificio desaparecerá bajo la piqueta en cuestión de semanas: se sabe que sus condiciones de conservación son nefastas y que en cualquier momento se podría venir abajo. La iglesia es de estilo neogótico, diseñada por Manuel Felipe Quintana, el mismo arquitecto que hizo Santiago de Vigo, de idéntica traza.
En cuanto la reconstrucción de la antigua estación de tren, prometida en varias ocasiones, acaba de recibir un impulso que quizá llegue tarde: recrear la vieja fachada original en la nueva estación de Vialia, con un pequeño cambio en el proyecto diseñado por Thom Mayne. Claro que para ello hay que recuperarlas piedras, amontonadas en la terminal ferroviaria de Redondela. A simple vista se puede constatar que la mayoría han desaparecido y en el mejor de los casos habría que sustituirlas por otras. La antigua estación de tren, proyectada en 1860 por el ingeniero Javier Boquerín y finalizada en 1878, fue desmontada a finales del año 2000. Desde ese momento, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), custodia las piedras del antiguo edificio declarado Bien de Interés Cultural. Renfe ya pidió en más de una ocasión al Concello una ubicación definitiva para reconstruirlo.
El chalé Agarimo parecía tener más fortuna por cuanto se proyectó su reconstrucción en Beade para convertirlo en centro sociocomunitario y albergar una escuela infantil, de música y centro de día. El inmueble de cantería, construido en el año 1931 por el arquitecto Manuel Gómez Román, tenía su emplazamiento en el cruce de Peniche y en 2004 se empezaron a numerar sus piedras para su traslado. Los trabajos se llegaron a iniciar y sin embargo las piedras de la histórica vivienda no llegaron a recolocarse y durante años estuvieron amontonadas en la parcela dedicada a tal fin enfrente del Centro Cultural de Beade. Poco a poco, y pese a las quejas vecinales, han ido desapareciendo. 
Lo mismo ha pasado con el Colegio Alemán, que tendría que ser montado en A Bouza como centro social de Coia. Estuvo entre Pi y Margall y  Torrecedeira y sus restos -pocos ya- yacen desde hace más de 30 años en el depósito municipal de Santa Cristina. A finales de los años 90 se desmontó para levantar un edificio de viviendas. Pero antes, en 1983, cuando el colegio ya estaba cerrado y en ruinas, fue desmontado. La última propuesta seria fue de la Diputación, hace ya una década, que ofreció invertir 3,5 millones para llevar adelante el proyecto pero las diferencias con el Concello paralizaron la operación La Diputación, entonces del PP, pedía la cesión de terrenos para el proyecto, pero el gobierno local reclamaba que realizara las inversiones en humanizaciones en las calles. n

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