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De pasado blanco y de presente celeste

Rai llega corriendo al fondo para celebrar el tanto del filial celeste ante el Castilla hace tres semanas.
photo_camera Rai llega corriendo al fondo para celebrar el tanto del filial celeste ante el Castilla hace tres semanas.

Rai Marchán, centrocampista del filial, pasó cinco años en la cantera del Real Madrid

A los 16 años, Raimon Marchán Vidal (Vilafranca del Penedés, 1993) dejaba su localidad natal para dar el salto a uno de los grandes clubes de España. Y no lo hizo al cercano Barcelona, con el que su casa distaba apenas 40 kilómetros y que ejercía de gran referencia, sino al lejano Real Madrid. Hoy, aquel chaval que salía por primera vez de casa cuenta ya con 25 abriles y, tras pasar por las canteras de Real Madrid, Valencia y Valladolid, manda en el centro del campo del filial del Celta por segunda temporada seguida.
Fueron, en total, cinco años en el club madridista, los dos primeros viviendo en su residencia, un tercero cedido en el Leganés y dos más en el Real Madrid C, uno en Segunda B y otro en Tercera. La chispa surgió en una edición del torneo MIC (Mediterranean International Cup) en las que los ojeadores del Real Madrid fijaron sus ojos en Rai, que jugaba en el equipo de su pueblo, el Vilafranca. Fue el director deportivo de su club el que expuso a él y su familia que el Real Madrid quería hacerle una prueba. "Pensábamos que estaba de cachondeo", rememora el protagonista. Pero no. Pasó el verano y, cuando ya tenía todo arreglado para irse a jugar al Nástic de Tarragona, llegó el club blanco, se lo llevó para un test de cuatro días y, al quinto, se lo quedó. "En mi casa todo el mundo seguía al Barcelona. Y mi madre no quería que me fuese tan lejos. Pero mi padre comprendió que era una oportunidad única y me animó porque siempre habría tiempo de volver", razona.
No volvió porque en el Real Madrid estuvo "muy bien. El club cuida muy bien a los jugadores de fuera. Da muchísimas facilidades, como viajes para los padres". Por eso, se quedó en Madrid cinco años. Se marchó, de forma definitiva por ahora, en verano de 2015. Después, un año en el Mestalla y otro en el Valladolid B, de donde se lo trajo Rubén Albés, técnico del filial celeste y ex del pucelano,  de la mano para comandar su  centro del campo.
De aquella experiencia en el Real Madrid le queda "un cariño especial" por el club blanco y un "sentimiento de gratitud, ya que fueron los primeros que apostaron por mí". Además, también colecciona relaciones humanas que han dejado huella y que mantiene vivas. Algunas, en ese primer equipo que este domingo visitará Balaídos para medirse al Celta. Muchos, fuera de los focos, como por ejemplo en el cuerpo médico, tras haber pasado por las manos del doctor Jaime Abascal, uno de los galenos que atiende a los futbolistas de la primera plantilla, o del preparador físico Javi Mallo.
Pero también en la zona a donde apuntan las cámaras. En Valdebebas se cruzó con varios canteranos pero de la actual plantilla blanca sólo compartió equipo con el delantero Mariano. Con él habló tras su fichaje de este verano procedente del Olympique de Lyon: "Estaba muy feliz porque cuando te vas de un club como ése, sabes que es muy difícil volver. Lograrlo, además, sabiendo que han pagado por ti le hacía sentirse muy valorado. Es cierto que no está teniendo la continuidad que querría ni las oportunidades, pero ojalá llegue su momento. No desmerece dentro de la plantilla y, además, puede dar cosas distintas a, por ejemplo, Benzema, que es un jugadorazo".
Tampoco le es ajeno el nuevo entrenador del primer equipo, Santiago Solari. Cuando Rai acababa su etapa en la cantera blanca, Solari la empezaba como técnico en el equipo cadete. Y la innata curiosidad del ahora céltico por el trabajo de cantera le llevó a tener más de una charla con el argentino, la última hace tres semanas cuando estuvo en Barreiro al mando del Castilla. Por esos contactos y por lo que le han contado otros futbolistas, resalta  de él "su tranquilidad. Es capaz de dar confianza a los jugadores. Además, fue un futbolista muy importante en el Madrid y eso le da ventaja". En esta y la pasada temporada se ha medido como rival al entrenador madridista y analiza que "todos los equipos del Madrid tienden a resaltar las individualidades. Quizás no es un técnico que incida en el juego colectivo, pero sí da libertad para que los futbolistas se expresen. Como el caso de Vinicius".n

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