Sociedad

El papa recuerda que mafia y cristiandad son incompatibles

El papa, ayer durante su visita a la localidad italiana de Palermo.
photo_camera El papa, ayer durante su visita a la localidad italiana de Palermo.

El pontífice homenajea en Sicilia al sacerdote Giuseppe Puglisi, asesinado por la Cosa Nostra

El papa Francisco rindió ayer homenaje en Sicilia al sacerdote Giuseppe Puglisi, asesinado hace 25 años por la Cosa Nostra, y advirtió a los mafiosos durante una misa multitudinaria que no pueden vivir como cristianos. "No se puede creer en Dios y ser mafioso, el que es mafioso no vive como cristiano, porque blasfema con la vida el nombre de Dios", afirmó Francisco en medio de los aplausos de los más de cien mil fieles que acudieron a verle en Palermo. Y agregó que "así que le digo a los mafiosos, cambiad, dejad de pensar solo en vosotros y en vuestro dinero, convertíos al verdadero Dios de Jesucristo. De otro modo, vuestra propia vida estará perdida y será la peor de las derrotas".
En la gran explanada verde del Foro Itálico, junto al mar, el mismo lugar en el que Puglisi fue beatificado en 2013, Francisco recordó el sacrificio del sencillo cura que desde su parroquia del barrio desfavorecido de Brancaccio trató de salvar a los jóvenes de las garras del crimen organizado. El sacerdote palermitano fue asesinado de un tiro en la nuca el 15 de septiembre de 1993 por orden de la Cosa Nostra, el mismo día en el que cumplía 56 años.
El asesinato de don Pino, que era un símbolo para aquellos que no se dejan amedrentar por la mafia, causó conmoción y provocó una gran reacción social en todo el sur de Italia, que aún no se había recuperado de los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolpo Borsellino el año anterior. "El padre Pino sabía que se arriesgaba, pero sabía sobre todo que el verdadero peligro en la vida es no arriesgar y vivir cómodamente", continuó Francisco, que llamó a los fieles a olvidar el egoísmo siguiendo el ejemplo del párroco.

La sonrisa de don Pino
Dijo que "don Pino coronó su victoria con una sonrisa", la sonrisa que dirigió a su asesino cuando le vio llegar y le dijo que "le esperaba". "Aquella sonrisa no deja dormir de noche a su asesino, que dice, había una especie de luz en aquella sonrisa", aseguró el pontífice. E insistió en que "el padre Pino estaba indefenso, pero su sonrisa transmitía la fuerza de Dios". "Necesitamos hombres de amor, no hombres de honor. De servicio, no de opresión", continuó el papa, que llamó a los fieles a no dejarse llevar por el odio ni el rencor. "Si la letanía mafiosa es 'tú no sabes quién soy yo', la cristiana es 'yo tengo necesidad de ti'", y si la amenaza mafiosa es 'me las pagarás', la plegaria cristiana es 'señor, ayúdame a amar'", señaló. 
Tras la misa, Francisco acudió a visitar una misión laica que asiste a los pobres en la ciudad de Palermo, donde compartió con ellos un frugal almuerzo, de apenas diez minutos, antes de acudir al deprimido barrio Brancaccio, donde era párroco Puglisi.
El pontífice había llegado a Palermo en helicóptero procedente del pueblo de Enna, en el centro de Sicilia, donde a primera hora de la mañana tuvo la primera etapa de este viaje con un encuentro con los fieles. Allí, ante decenas de miles de personas congregadas en la plaza Armerina de esa localidad, el pontífice abordó la difícil problemática que afecta a la región y "limita la serenidad que debería tener éste y cualquier otro territorio", recalcó. 

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