Opinión

Otro barrio

Tuvo una gran idea Valery Karpin hace 15 años cuando se planteó hacer una inversión de nota y comprar no sólo el antiguo Asilo de Pi y Margall, sino todo un barrio. Ya sabemos lo que pasó después: las promesas de tramitación exprés se perdieron en los remolinos de la política, el funcionariado y los tribunales; la crisis del “ladrillo” y los bancos se llevó el resto, incluyendo la empresa del exfutbolista, que dejó la ciudad y se volvió a su país. 
Como el proyecto era interesante, otra promotora, ésta de Madrid, se hizo con Barrio do Cura tras la enésima promesa de que habría agilidad administrativa y se embarcó en completar el plan redactado por el arquitecto Alfonso Penela. Que es el que se va a ejecutar con dos décadas de retraso y que empieza a esbozarse tras la demolición de las estructuras en ruina, salvo la fachada de la iglesia, que se quedará donde estaba. 
Barrio do Cura significará en primerísimo lugar, acabar con una cochambre impresentable en el corazón de la ciudad del Olivo, el Mar y el Castillo, como en su día fue completar Rosalía de Castro desde la Rúa Pontevedra hasta Oporto, hazaña descomunal y que en cuatro años estaba lista. En segundo lugar, terminar algunas calles que se quedaron a medias en pleno desarrollismo, en especial Torrecedeira, que al fin tendrá una salida hacia el Paseo de Alfonso y así cambiará para mejor. Y en tercero, supondrá ganar zonas públicas, ampliar el mirador ante la Ría y 400 viviendas para dar más vida al cogollo urbano, que pierde población más que ninguna otra zona. Barrio do Cura se conecta así con O Berbés y Casco Vello, justo donde nació esta ciudad.

Te puede interesar