Ramón Martínez (Vigo, 1974) presentó ayer en la J.T. Photogallery, su libro “Cuentos de sutura”, al que la editorial Las Palmas califica como “un libro quirúrgico donde Martínez disecciona con metódica mala hostia un mundo plagado de infecciones”.
En esta obra propone siete relatos un poco esperpénticos.
No sabía cómo abordar la violencia, la principal tara de la humanidad y el tema central del libro. Busqué un absurdo para generar una historia violenta y abrir un debate porque es algo que está en el día a día y nos afecta a todos. Este libro combina la tragedia y el humor negro hasta incluso provocar la carcajada.
¿Adopta de forma consciente un estilo narrativo decimonónico?
En el siglo XIX se escribía con un tono muy alto, con suma seriedad, creo que fue la época literario con menos humor. Utilizo su estilo para crear un quiebro y a partir de ahí plantear un absurdo que acaba siendo real como en la vida. Vivimos como si todo fuera bien, rodeados de violencia de género, agresiones y asaltos, pero mientras los problemas no nos toquen cerca, no pasa nada.
“La duda razonable” se lo dedica a Constantino Romero. ¿Por qué?
Cuando escribo no tengo un plan. Hago una frase y continuo. Esta vez me llevó a Constantino Romero, quien me hizo creíble al duro Clint Eastwood y casi al doblaje. Es un homenaje en forma de novela negra sobre un asesino, que en realidad no lo era.n
