VIGO

Los negocios mixtos aguantan el tirón

La parroquia de Chain conserva dos "tiendabares" a menos de un kilómetros distancia una de la otra. La de la fotografía corresponde al Bar Salón y la otra se llama Bar Siera, inaugurada en 1955..
photo_camera La parroquia de Chain conserva dos "tiendabares" a menos de un kilómetros distancia una de la otra. La de la fotografía corresponde al Bar Salón y la otra se llama Bar Siera, inaugurada en 1955..
La fórmula que fusiona estancos y tiendas con bares subsiste en los núcleos rurales. Para cumplir el Real Decreto en el Val Miñor también se ven en la obligación de cerrar parcialmente.
 No hace demasiado tiempo todavía era muy común un concepto de establecimientos que hoy en día están prácticamente extintos. No son otros que los negocios mixtos compuestos normalmente por pequeñas tiendas de alimentación y tabernas o estas últimas junto a un estanco, instalados habitualmente en el rural. En el Val Miñor de los que se acogen a la primera fórmula se pueden contar con los dedos de una mano, mientras que de la segunda, también en proceso de desaparición, todavía perduran y no tan alejados de los núcleos urbanos. 
Este tipo de negocios tienen la peculiaridad de que aún compartiendo espacio se rigen por dos normativas diferentes. En estos momentos y con el fin de adaptarse al Real Decreto tuvieron que cerrar parcialmente sus puertas al público ya que no esta permitida la apertura del sector hostelero, pero sí el resto que hábilmente combinan. Ante este panorama sus propietarios tuvieron que ingeniárselas para delimitar o acotar las zonas a las que no está permitido el acceso de su clientela. Para los que están configurados de manera unitaria o bien en los que en su interior no hay divisiones de obra, la mayoría instalan barreras físicas tales como mesas o sillas, o directamente acordonan los accesos reforzados por carteles de "prohibido el paso" para disuadir a aquellos que se siguen resistiendo a la cuarentena. Esto sumado a la falta de iluminación del espacio clausurado suele ser suficiente para dejar claro hasta donde se puede acceder. Los que tienen accesos independientes y están comunicados desde el interior por puertas lo tienen mucho más fácil ya que con cerrarlas con llave se acabó el problema. En cuanto a la facturación y ritmo de trabajo hay opiniones de todo tipo, aunque por norma no suelen ser muy positivas teniendo en cuenta que los márgenes de beneficio del sector hostelero son infinitamente mayores que en estancos y tiendas,  de céntimos, y el volumen de ventas no es tal como para compensar el cierre parcial. 

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