De los siete conciertos programados en la Noite Branca, el de O Castro cumplió con el reto de hermanar culturas. Atlántida actuó ante un aforo limitado y medido, con la Ría de fondo y las anclas de los galeones de Rande como atrezzo. Interpretaron temas de tradiciones musicales de ambas orillas del Atlántico, contextualizadas en un puerto que sirvió de puente entre ambos continentes.n
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