Opinión

Misión a la luna

Medio siglo después de que uno equipo formado por tres astronautas –Armstrong, Aldrin y Collins- llegaran a la Luna, una parte no despreciable de la opinión pública continúa haciéndose preguntas. Existe una legión de descreídos que atribuyen aquel episodio histórico vivido a las 21horas del 20 de julio de 1969, no a la feliz coronación del proyecto estrella de la Nasa en plena culminación de la Guerra Fría sino a la sabia mano de Stanley Kubrick, el director de cine experto en relatos interplanetarios que, según la teoría de la conspiración que argumenta este colectivo,  se encargó de producir y dirigir una cinta capaz de engañar al mundo y especialmente a los soviéticos que eran los enemigos a batir en la carrera espacial y a los que todavía no les había dado su tecnología para realizar una hazaña como la de colocar en el espacio una nave que aterrizara en nuestro satélite. Los teóricos de este argumento echan mano de un amplio abanico de detalles destinados a demostrar la falsedad de lo que vimos a través de las pantallas de televisión con la voz de Jesús Hermida como compañía, en aquella madrugada hora española. 
Naturalmente yo no creo que aquello fuera un timo, pero si me preguntó cómo fue posible que aquella vibrante e histórica misión del Apolo 11 concluyera felizmente porque la propia nave que llevó a Aldrin y Armostrong hasta la superficie lunar –Collins se quedó de guardia en el cohete nodriza esperando que regresaran con bien de la misión- era una estructura parecida a la que puede contemplarse en muchas actuales atracciones de feria. Los científicos españoles que participaron en esta hazaña desde la base de Robledo de Chabela han explicado con detenimiento los avatares de este histórico vuelo y ni ellos mismos  se explican como aquello no acabó en tragedia. Algunas de las paredes del aparato que se posó en la corteza de la Luna  tenían el grosor de tres papeles de plata para el horno superpuestos, y para aligerar peso, los ingenieros de la agencia prescindieron de los asientos así que, los dos astronautas bajaron de pie. Por alguna razón desconocida, los vuelos tripulados a la superficie lunar –todas ellas estadounidenses-se interrumpieron en 1972 tras seis misiones Apolo y una docena de tripulantes huéspedes del satélite. Y hasta la fecha. Paradójicamente, la odisea espacial se desarrollo cuando no parecía posible y se abandonó cuando sí lo era. Me expliquen

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