MANU MARTÍNEZ. Capitán del Acanor Novás Valinox

"Mantengo la motivación por ellos, por la afición"

Manu Martínez continúa, una temporada más, como capitán del Novás.
photo_camera Manu Martínez continúa, una temporada más, como capitán del Novás.

Manu Martínez (O Rosal, 32 años) afronta una nueva temporada como capitán del Acanor Novás Valinox. El conjunto de O Rosal visita mañana al Ibiza (18:00) en el primer partido de una División de Honor Plata que se disputará en dos fases tras ser dividida en grupos. Además, al causar baja Pedro Aymerich, Martínez tendrá más minutos de los habituales como central.  

¿Cómo llegan al primer partido?
Creo que tuvimos unas incorporaciones buenas. Tanto Eloy Krook como Martín Molina tienen experiencia en la categoría, incluso en Asobal. Pau Ferré es un joven que tiene nivel y después regresan Marcos Dorado, Iago Flores y Pintus, que son de casa y nos van a venir muy bien. Sienten el club y el entrenador, Álvaro Senovilla, también se adaptó bien al grupo que tenemos. 

¿Cómo está usted que, con la lesión de Pedro Aymerich, tendrá que jugar más de lo esperado?
El problema que tuve es que apenas entrené con normalidad por una lesión en el pubis. No pude entrenar como el resto y también Pau Ferré puede jugar de central. Entre él y yo esperemos que no se note mucho la baja de Pedro, que es muy importante. 

¿Cómo valora la nueva División de Honor Plata dividida en grupos?
Cambia porque no puedes relajarte en ningún partido. Antes, igual podías recuperar puntos si se te iba algún enfrentamiento directo, pero ahora hay que hacer una campaña casi perfecta para llegar a la siguiente fase con puntos. Por eso, a los rivales directos de la zona alta, tienes que tratar de ganarles a todos o casi todos porque queremos estar arriba. Bucaremos puntuar en casi todos los encuentros.  

Entiendo que quieren luchar por el ascenso a Asobal. 
El año pasado dimos un paso adelante con Quique Domínguez. Terminamos sextos, nos reforzamos bien y el siguiente objetivo es pelear por la zona alta. Lógicamente, tenemos que respetar a los equipos que llevan años ahí y peleando ascender como Torrelavega y Antequera. Pero queremos darles guerra y estar por esa zona. 

Barcelona B, Bordils, Adrianec, Sarria... Mucho viaje a Catalunya. 
Siempre son complicados y más en esta categoría en la que fuera de casa es muy, muy difícil puntuar. La escuela catalana es de las mejores del país y a pelear en todos los partidos.  

Sólo pueden ir 170 personas, ¿cómo afectará tener tan poco público en el pabellón?
Para nosotros es un punto débil este año. Nuestra afición siempre nos da un plus y es una gozada jugar en O Rosal. Mucha gente, cuando viene aquí, lo hace encantada de poder disfrutar este ambiente. Incluso, algunos fichajes llegan al club porque quieren disfrutar de esto, del ambiente y el pabellón lleno. Será un hándicap el jugar sin tanta gente porque la presión que mete el pabellón hace que el rival se arrugue. Y, a nosotros, nos hace irnos arriba. En esta categoría se nota mucho más porque los equipos no están acostumbrados a estos ambientes. Muchos pabellones están vacíos o con poca gente y el nuestro es lo contrario. Nos ayudan mucho. 

Los jugadores de otros equipos, ¿le comentan lo que aprieta el público? 
Tengo amigos en otros equipos y siempre te dicen que ir a jugar a O Rosal es una pasada. Un jugador también está en el deporte por esto, por la afición. Disputar un partido sin público es casi como un entrenamiento. Por eso nos gusta jugar con la grada llena y con ambiente, que el partido sea como una fiesta. 
Capitán del equipo, canterano y, también, mediador para convencer a algún jugador... 
A Macos Dorado lo llamaba todos los años para que se viniera al equipo. Llevaba el club varios años detrás y, además, es amigo personal. Siempre lo intentaba, pero él me comentaba que prefería seguir progresando en categorías superiores. Pero, justo este año, que no lo llamé, se dio la opción de que viniera y lo podemos disfrutar. 

Siempre es complicado fichar, pero se tiene que hacer un esfuerzo por los jugadores que son de aquí. 
Siempre lo digo. Los equipos que tienen gente de casa, tienen un plus a su favor. Son jugadores más identificados y dan un poco más. No quiero decir que la gente de fuera no vaya a ser profesional y deje de dar el 100%. Pero los de casa, siempre se implican un poco más. Además, en O Rosal estamos apartados del mundo. Lejos de donde hay ciudades grandes y los desplazamientos hacen dudar a los deportistas. Por eso, tener a jugadores de la casa, económicamente, también es beneficioso. Cuesta convencer a los jugadores de que vengan por la distancia, pero también es cierto que les cuesta irse. Una vez que están en el Novás, ven la forma en la que trabaja el club y la ilusión que se genera en la afición, no se quieren marchar. Es un orgullo porque cuesta fichar, pero después les cuesta marchar a los que vienen. 

Y, también, decir que en O Rosal es un sitio muy bueno para vivir. 
Sí, es un lugar bueno. Se disfruta mucho porque hay afición, los vecinos entienden de este deporte y, salvando las distancias, te sientes como un futbolista. Como un ídolo para mucha gente y es algo que al jugador le gusta. Siempre te gusta sentirte valorado. 

De hecho, Manu Martínez es muy conocido en O Rosal. 
Sí, sí. Siempre lo digo. Me saluda mucha gente que no conozco. Le respondes por educación, pero siempre da un poco de corte. Es algo que me gusta, que se te valore por jugar en el equipo de aquí. Ya tengo 32, mantener el trabajo y continuar jugando a este nivel, se hace complicado. Madrugas mucho, estás las ocho horas en el puesto laboral y después tienes que dar un plus para entrenar a alto nivel, más los viajes y los partidos. Es complicado mantener la motivación, pero la sacas por la afición, gracias a ellos. Los ves tan ilusionados y que disfrutan, que también lo haces por ellos y por mantener vivo esto. La mayoría de jugadores, en Plata, trabajan o estudian. Hay pocos profesionales.

¿Cómo se adaptó a la normativa sanitaria?  
Es complicado. La pretemporada fue rara porque vienes de mucho tiempo parado y tienes que ir progresivo. Al principio estaba todo en el aire, sin amistosos y la programación iba día a día. Todo con incertidumbre. También tienes que dividirte en grupos, usar mascarilla, gel... No terminas de acostumbrarte porque vienes de tener una rutina durante toda tu vida y, ahora, te la cambian. Hasta que no entremos en la liga y en el semana a semana, se hace raro. 

¿Tienen temor a un posible contagio? 
Claro que lo hay. Yo hacía una vida más familiar porque salía de trabajar e iba a casa de mis padres, pero ahora no lo hago porque hay ese cierto miedo. Ellos son un poco mayores y limitas mucho esa vida. Intentas protegerlos. Además, también queremos ser estrictos porque, si hay un positivo, nos confinan a todos y son muchos días que pierdes.n

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