Opinión

Los seguidores

Las emociones y los sentimientos son enemigos de la razón tanto en lo que se refiere a asuntos privados como a asuntos públicos.
Y sí, es evidente, el nacionalismo es un "sentimiento", una emoción y esto no tendría mayor importancia si no fuera por lo fácil que es manipular esos sentimientos y emociones a nivel colectivo y provocar un desastre.
Solo hay que repasar la Historia para preguntarse cómo es posible que en determinados momentos tanta gente fuera capaz de seguir a dirigentes realmente peligrosos, atrabiliarios, déspotas, sin escrúpulos, locos... en fin, pongan los adjetivos que quieran.
Lo que tenían en común esos dirigentes era su capacidad para remover las emociones más primarias, más irracionales, convirtiendo a individuos en masa. Individuos que renunciaban antaño y que renuncian hoy a pensar obnubilados por sus emociones.
Lo estamos viendo hoy en Cataluña. El problema no es que Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Artur Mas, los Jordis o lo de la CUP, etc, etc, etc, sean como son y vengan proponiendo disparates tales como organizar una sedición y un "golpe" contra la Constitución prometiendo que el resultado sería la Arcadia feliz o que ahora pretendan que Puigdemont sea investido presidente de la Generalitat vía telemática, el problema es que haya tantos miles de ciudadanos que les sigan sin pensar, que les hayan creído y les continúen creyendo y por tanto que les hayan votado.
Me asombra que esos ciudadanos no estén indignados y decepcionados cuando escuchan sus líderes encarcelados decir que ya sabían que organizar un referéndum era ilegal y que por tanto no tenía ningún valor. Sea que lo hagan por intentar que les saquen de la cárcel o sea porque dicen la verdad, lo cierto es que hay muy poca épica en sus planteamientos, y lo que demuestran es que no son de fiar porque no están dispuestos al sacrificio personal en pro de unas ideas sino que reniegan de ellas.
Por eso no comprendo por qué los que les han votado no se indignan con ellos, no les reclaman por haberles tomado el pelo, por haber provocado el empobrecimiento de Cataluña. Y me sorprende más que gente inteligente, gente con sentido común, sea capaz de haber "comprado" esa mercancía defectuosa de una supuesta Arcadia feliz que sería Cataluña independiente. Y me sorprende más que no les importe que algunos de estos partidos, ahora disfrazados con otras siglas, sean los que les han estafado con el famoso tres por ciento de comisiones ilegales o que tuvieran el dinero en Suiza y otros paraísos fiscales.
Los dioses ciegan a los hombres que quieren perder y eso es exactamente lo que está pasando en Cataluña que miles de ciudadanos siguen ciegamente a unos cuantos aventureros.

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