Opinión

Los oráculos que no funcionan

Los periodistas somos una casta a menudo sobrevalorada que, a la postre, termina demostrando que sabe mucho menos de lo que se supone debe saber si bien esta realidad nos humaniza algunos de nosotros que nunca hemos dado ni una en la cuestión de leer el futuro en las entrañas de los pájaros. Saben menos de lo que aparentan, al menos, aquellos que han decidido hacer de la ciencia de la interpretación política su metodología de vida y en torno a ella han tejido su competencia profesional. Y es que en los últimos grandes momentos de la vida del país –los nuevos Episodios Nacionales si quien se hubiera ocupado de escribirlos fuera Benito Pérez Galdós- se han mostrado ayunos de información y completamente en fuera de juego. ¿Alguno de ellos pensaba que un defenestrado como Pedro Sánchez, reprobado por más de la mitad de su partido y en efecto lanzado de cabeza por la ventana de la calle de Ferraz, sería presidente del Gobierno a la vuelta de unos pocos meses? Ahora, amigo mío, todo es análisis político a la altura del rabo del toro y no de la cuerna. Sánchez está perfilando su gabinete de irrupción en Moncloa, del que los más conspicuos analistas de la actividad parlamentaria no tenían ni la más remota idea hace cuestión de días. Y para mayor abundamiento, ayer, fiel a sí mismo, dimitió Rajoy mientras los expertos en la materia y oráculos de la cosa pública especulaban unas horas antes sobre cómo afrontaría y pilotaría el cesado presidente el complejo proceso de la transición. Algunos le otorgaban algunos meses de actuación antes de marcharse. Otros, suponían que sería el propio Rajoy quien pastorearía el proceso hasta haberlo completado. Ninguno predijo que Mariano esa misma noche y durmiendo ya en su casa de Alcobendas, tenían plenamente interiorizado el agridulce procedimiento de renunciar a su condición de presidente del partido.
Los hay –especialmente en Madrid que es el mentidero por excelencia- que no dudan en sospechar que Núñez Feijoo será el sustituto, pero ni a mí ni a algunos que saben mucho mas que yo les salen las cuentas.  Un veterano de estas guerras me decía ayer: “¿Y Alberto, en Andalucía y sin tener el más mínimo poder, que les cuenta?”
Por cierto, ¿qué periodista deportivo se anticipó y supo aventurar que Zidane renunciaría al banquillo del Real Madrid tras ganar la Copa número 13?
Pues ni uno.

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