Opinión

Lores en sus bodas de plata

El alcalde de Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores, prometió de forma solemne en las últimas elecciones municipales que serían las últimas a las que concurriría y que si lograba seguir al frente de la Boa Vila daría el relevo. Eso fue en 2015, cuando Fernández Lores cotizaba a la baja, pero el tiempo todo lo cambia y ya en 2018 se ve de nuevo en plenitud. Así que acaba de anunciar que inicia una nueva etapa y que volverá a presentarse a las locales, en vista de que las perspectivas son buenas, mucho mejores que tres años atrás, cuando parecía que sus días como al frente del ayuntamiento habían terminado. Lores cumplirá 20 años como alcalde y aspira a llegar al menos a las bodas de plata. 
Su notable incoherencia como político al saltarse su compromiso tiene como contrapunto un cierto mérito personal: es  del BNG en una ciudad que vota de forma mayoritaria a la derecha en generales y autonómicas. En alguna ocasión el propio Lores ha participado en las listas del Bloque, pero el resultado ha sido igual de negativo para los nacionalistas. Además es cierto que se trata de una persona de cierto talante, que encaja bien las críticas. Pero sobre todo, hay que reconocer que su modelo de ciudad ha triunfado plenamente en Pontevedra, convertida en una ciudad que hace tiempo perdió el mar y ahora también la circulación rodada  y muy pronto, sin Ence, las industrias, reduciéndose todo al funcionariado y el comercio. Es lo que quieren los pontevedreses así que probablemente Miguel Anxo Fernández Lores podrá renovar el cargo y seguir más allá de su jubilación como médico, que alcanzará dentro de un año, cuando cumple 65. Su único oficio ya no es otro que ser alcalde. Continuará...

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