Opinión

Letizia convierte una condecoración en un adorno de corsé

Letizia ha vuelto a evidenciar la frivolidad con que se presenta en determinados actos luciendo alguna de las muchas y diversas condecoraciones honoríficas que le fueron concedidas. Esta vez, nada menos que la Banda de la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos, de Perú, convirtiéndola en un adorno de su corsé. La consorte de Felipe II posee dos condecoraciones peruanas, ya que además le fue otorgada la Gran cruz de la Orden del Sol del Perú, que le fue concedida 5 de julio de 2004. Once años después fue premiada con Gran cruz de la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos el 7 de julio de 2015, que es la que ha manipulado en este caso.
Ambas condecoraciones tienen forma de banda. Una banda, según el diccionario, es “cinta ancha de colores determinados que se lleva atravesada desde un hombro al costado opuesto y que usan como distintivo de rangos, honores o dignidades”. Otras reinas o primeras damas, pese a que acudan a un acto escotadas o en forma de lo que se llama traje de noche con escote “palabra de honor”, respetan el carácter de las condecoraciones que lucen, en este caso, una banda. Una condecoración no se cuelga del escote, como hace la reina consorte, sino que se lleva desde el hombre a la cadera, como corresponde.
Letizia ha cortado la banda, como ya hizo con la de la Orden de Carlos III, que le fue otorgada antes de casarse por el Gobierno Zapatero, de modo que un extremo lo sujeta al interior de la parte superior de su vestido de noche y el otro extremo por la espalda. Ya se presentó del mismo modo, ante la Reina de Inglaterra. La orden de Carlos III es la más importante condecoración civil, pero el gobierno de Zapatero se la otorgó antes de la boda sin justificar qué mérito personal la adornaba para recibir un honor reservado a ciudadanos excepcionales. En el BOE la única explicación era “el real aprecio” del padre del novio, e incluso se la trata de Excelentísima Señora,  cuando hasta la boda era una chica soltera y divorciada.
Lo que ha vuelto a hacer Letizia, esta vez en presencia del presidente de Perú y señora, ha merecido la crítica de los sectores más tradicionales de protocolo institucional, en tanto otras personas creen que convertir una banda en un complemento del vestido es algo tolerado hoy en día. Si bien en España el uso de las condecoraciones en forma de banda se impone en su caída desde el hombro derecho al costado izquierdo, en otros países en que la banda cae en sentido contrario es bastante común que los caballeros que llevan las bandas bajo el frac la acorten del mismo modo, de suerte que las cruza el pecho de modo diferente a la caída que tendría la banda tradicional, colocada por fuera. Pero el uso español de la banda es el que la consirte vino llevando hasta hace poco.
Al comienzo del uso de la orden de Carlos, Letizia la exhibía correctamente, es decir, llevaba la banda o bandín completa, terciada sobre el pecho, desde el hombro derecho al costado izquierdo, pero pronto convirtió esta condecoración en un adorno de su atuendo, cortándola e introduciéndola en el corsé o parte superior de su vestido. Y eso no es una banda.

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