Opinión

La suegra de Letizia

Sin duda esta ha sido una semana grande para los abanderados de la república. Quienes desprecian la Monarquía -por muy parlamentaria que sea- como forma política de gobierno han disfrutado como no lo hacían desde que ponían elefantes al alcance del fusil del Rey Emérito Juan Carlos I. 
Aquella equivocación, que reconoció y sintió mucho porque le pillaron, sirvió para que no volviera a ocurrir y para –poco después- dar el paso de la abdicación en favor de su hijo, Felipe VI. Pocos reproches se le han podido hacer al actual monarca, más allá de las posiciones y opiniones políticas heterogéneas de cada cual y del cuestionamiento de la existencia de La Corona como institución anti natural y anacrónica que se aleja del principio básico de la igualdad protegido constitucionalmente.
Pero la consideración de los derechos reales como privilegios exorbitantes sin mayor mérito que la tradición histórica y el consentimiento interesado de gran parte de la clase política y de quienes la sostienen, y el halo de casta moral, casi divino que les rodea, es una de las principales bazas para dinamitar y asaltar La Zarzuela que, sin embargo, hoy se muestra atenuado a la vista de la normalidad de una familia española más. 
La reina y la reina consorte no se aguantan, hasta el punto de no preocuparse de las consecuencias de una disputa pública arrabalera que revienta por los aires una reputación que es símbolo y requisito interesado de su salvaguarda y supervivencia hasta nuestros días. Doña Sofía quería, como todas las abuelas a las que no tienen por buenas suegras o no conocen buena nuera, una foto sola con sus nietas. Pero la madre-nuera, que no le pasa una más a la arpía, sale en defensa de su herida dignidad y responde interponiéndose entre la abuela y su prole, caiga quien caiga, grabe quien grabe, y mal que le pese al mismo Rey de bastos.
De ahí al ridículo hay unos segundos y, después de muchas risas y muchos memes, que no hacen sino atestiguar que en España somos unos cachondos, vendrán las críticas, especialmente hacia quien es la reina consorte y que con suerte lo seguirá siendo, si se cuida. Esta familia es Real, pero en realidad es humana y Letizia la ha acercado mucho al resto de los mortales, y de paso a mí me ha hecho recordar que hay quien dice que suegra, en ruso, se dice “storrba”. 
 

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