Habíamos quedado algunos tertulianos en que deberíamos de estudiar el porqué de nuestra querida...
-¡Y hermosa... -gritó el siempre exagerado don Ladislao-, ciudad! ¿O no?
-Claro, -contestaron algunos que además sumaron los nombres de varias damas.
Y seguimos, obedeciendo a la voz de don Venerando, y señalar casi todos los contertulios que los nombres de la ciudad fueron anotándose con el paso de su propio desarrollo y uso que, normalmente, eran el reflejo y uso de los primeros nombres o motes más reclamados. Los más indicadores de lugares para diversas acciones definitivas.
-El nombre de algún lugar en el que se tomaba la 'chiquita' o e lugar donde se bebía agua, ay, o donde se reunían los jóvenes para contarse unos a otros sus aventuras bélicas o pacíficas... Y los mayores o los personajes con más costumbre de permanencias, acababan de dar un nombre con características semejantes que luego, con el inevitable conjunto de unos y otros, acostumbraban a llamar así al lugar definitivo, ¿no es así?
Intervino don Alfredo:
-Por ejemplo, ¿no está bien puesto el nombre del Areal? ¿A qué sí...? Es que, efectivamente, era así. Aunque luego la mayoría de los más movidos, se fueron a vivir o a trabajar a otras zonas. Pero hay nombres que son permanentes aunque ahora no coincidan las características antiguas con la forma de vivir, la antigüedad de los habitantes, el sistema de las calles, o de los edificios, etc. etc.
Para un caso claro: El 'monte del Castro', sus habitantes y paseantes, dieron nombre al bello lugar y... ¿Y? Pues que era un lugar de acercamiento, de descanso, de paseos gratos, de muchas características que enseñaron en todas las zonas, exagerando algo, los que siempre fueron a un mismo sitio mantuvieron los primeros nombres aunque se les pongan otros más modernos, ¿o no?
Y dijo don Andrógino... Perdón: don Andrés. 'Bueno ya está bien. Y si vamos a gozar desde el Castro, los amantes del mar vigués, ¿no podían haberle puesto de nombre Marbella (que existe allá por Málaga), o Bellamar?')
-¿Y Portoazul?, dijo no sé quien. Mejor, Bellascíes. Tampoco estarían mal, tampoco...
