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Ibra acusa de racismo al preparador sueco

Zlatan Ibrahimovic.
photo_camera Zlatan Ibrahimovic.
 Suecia recibe a España dentro de dos días en un ambiente enrarecido por las acusaciones de racismo lanzadas por Zlatan Ibrahimovic contra el seleccionador, Jan Andersson, cuando su equipo se juega el billete para la Eurocopa.
Aprovechando la visita de mañana a su Malmoe natal para inaugurar una estatua en su honor, regalo de la Federación Sueca al considerado mejor jugador de su historia, 'Ibra', de ascendencia bosniocroata, atacó a Andersson por no convocar en su primera lista tres años atrás a ningún jugador de origen inmigrante.
"Primera convocatoria, ¿qué pasa? ¿A cuántos de otro origen incluyó? A nadie. Se lo preguntaron y gimoteó. Luego ya llamó a otros de distintos orígenes para ser políticamente correcto", afirmó Ibrahimovic, retirado de la selección tras la Eurocopa 2016.
Ibra acusó a Andersson de destruir lo que él había construido "en veinte años", aludiendo a que la selección reflejaba la multiculturalidad de Suecia –con una población de origen extranjero del 20 %–, a la vez que le reprochó que diese más oportunidades a veteranos como Granqvist y Berg, hablando incluso de una "secta".
"Me puso muy triste y me decepcionó mucho que un antiguo jugador de la selección dijese eso. Me dolió", admitió Andersson en la rueda de prensa previa al partido contra Malta de anoche.
'Janne' Andersson aseguró que las acusaciones no tienen ningún fundamento, que él no se fija en el origen de los jugadores al convocarlos y que hace tres años y medio que no habla con Ibra, a la vez que agradeció el "enorme" apoyo recibido. "No hay ninguna sustancia en esas afirmaciones, apoyamos a 'Janne' al cien por cien. Lo conozco muy bien, yo mismo lo contraté y sé cuáles son sus valores", dijo el sábado antes del partido en Malta el secretario general de la Federación Sueca, Håkan Sjöstrand.
Varios jugadores han salido a apoyar al seleccionador de las acusaciones del ahora delantero de LA Galaxy, aunque todos se han cuidado de no provocar una confrontación con el temperamental delantero, máximo goleador de la historia de la selección sueca.
"Tenemos a jugadores de origen inmigrante. No creo que Janne sea racista y, como no lo creo, no me influye. Tengo raíces extranjeras y estoy aquí", dijo el delantero Robin Quaison, de madre ghanesa.
El veterano Sebastian Larsson aseguró que reciben a todos los jugadores "con los brazos abiertos" y que no le interesa el apellido de nadie, además de recordar que todo el equipo arropó a Durmaz cuando el pasado Mundial fue objeto de insultos en las redes sociales por la falta que permitió a Alemania derrotar a Suecia. n

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