Cartas al director

gobierno de pacotilla

¡Ah!, ¿pero tenemos gobierno? Es la expresión común de los españoles. Cuando la pandemia se encuentra en un momento muy grave, el peor de los países del entorno, cuando los ciudadanos nos encontramos, unos recluidos sin poder salir de casa, otros sin fumar, otros tapados con asfixiantes mascarillas y todos temiendo ser contagiados, los que dicen formar parte del gobierno echaron el cierre y se fueron a contemplar el sol en cómodas tumbonas de diversas playas de nuestras costas. El timón de la salud del País sin timonel. El pueblo, abandonado a su suerte frente al temible virus, dependiendo de las Comunidades Autónomas sin capacidad ni recursos para tomar decisiones, pues los jueces se las echan por tierra. Pero los que dicen que nos gobiernan, “cara al sol” en sus confortables hamacas. Decía de Gaulle: “He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”; y añado yo: “la pandemia es mucho más seria y deberíamos alejarla de los políticos de pacotillas”.

Si en marzo ponían por excusa (falsa excusa) que les pilló por sorpresa y así vimos su incapacidad para gestionar –la única habilidad de este gobierno es manipular las ideologías-, ahora no pueden utilizar este argumento. Hemos tenido suficiente azote del virus para saber que estaba ahí y debíamos estar preparados. Pero este gobierno nunca está preparado y así volvemos a tropezar en la misma piedra; ni siquiera tenemos ahora medicamentos para tratar el coronavirus. “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”, Louis Dumur.

¿Qué nos depara el futuro inmediato? Está claro, el gobierno hizo lo que debió hacer y la culpa es de la oposición. Te machacarán con esta idea todas las televisiones y medios afines y los borregos acabarán convencidos de que así ha sido. Mientras el pueblo sumido en el temor del contagio del coronavirus y la inacción del gobierno.