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"Si no fuera el Celta no habría venido, seguiría en el Barça"

Rafinha Alcántara, ayer, en el entrenamiento del Celta en A Madroa.
photo_camera Rafinha Alcántara, ayer, en el entrenamiento del Celta en A Madroa.
Rafinha se ve "cada vez mejor" y asegura que "las lesiones me han hecho madurar más"
Rafinha Alcántara ha verbalizado lo que toda la afición del Celta suponía: que, de no haber sido para recalar en el club vigués, no se habría movido del Barcelona el pasado verano.
"Tenéis una frase que es 'esto va de corazón' y eso resume de verdad lo que los jugadores que han venido sienten por este club. Yo, si no fuera el Celta, no habría venido, me quedaría en el Barcelona. Es algo que no se puede explicar, que mamas desde pequeño, que sientes, que vives cada momento, en el estadio, en los entrenamientos, y defender un escudo como este, que lo has disfrutado desde pequeño, es algo grande", afirmó el centrocampista celeste en una entrevista con Celta Media publicada ayer.
Rafinha recordó que tanto él como su hermano Thiago han sido celtistas desde la más tierna infancia, cuando pisaron por primera vez Balaídos de la mano de su padre, Mazinho. "Crecimos yendo a Balaídos, primero viendo a mi padre y después como aficionados, acompañados por él. Entonces tanto para mí como para mi familia es una felicidad muy grande poder estar de nuevo aquí, estar en casa", afirmó.
El futbolista hispano-brasileño reconoció que su cesión al Celta en el último mercado de verano no resultó sencilla. "No voy a decir que fueron días fáciles, la verdad. Siempre es complicado no saber qué va a pasar, cambia todo ya no en días, sino en horas. Entonces estás a la expectativa de lo que va a suceder. Estás ilusionado por venir y nervioso al mismo tiempo de que pasara. Gracias a dios, en el último momento se consiguió realizar con la ayuda tanto del Celta como del Barça y tengo que agradecer el poder estar aquí", indicó Rafinha, que comparó su anterior etapa como celeste, en la campaña 2013/14, con la actual: "Llegué siendo un niño. Esta vez vengo con la misma ilusión que hace seis años, pero creo que maduré mucho. Sobre todo por la parte de las lesiones, pero también por mi bagaje de todo lo conseguido, desde jugar en un club tan grande como el Barça a conseguir los títulos que he ganado. Y las lesiones, no es que me hayan hecho ser otra persona, pero sí me han hecho madurar mucho más rápido".
El pequeño de los Alcántara apuntó que para jugadores como él o Iago Aspas, resulta complicado separar al futbolista del aficionado y puso el ejemplo de la pasada temporada: "La verdad es que lo viví nervioso, me imagino que como todos los aficionados. Sé que estaba muy negro, a mitad de temporada se veían las cosas muy mal y, aunque hasta el último partido no era seguro, en esos últimos encuentros estabas con más confianza de que el equipo se iba a salvar. Pero como aficionado se pasa mal. No es sólo fútbol. Los jugadores no venimos aquí solamente a jugar, a pasárnoslo bien e irnos a casa. Es todo, es nuestra vida. Entonces es casi imposible separar el sentimiento, en el caso de Iago, de aficionado y de jugador, y al mezclarlo todo es mucha emoción para controlar".
En cuanto a su momento de forma, Rafinha afirmó que "cada vez estoy mejor, con más ritmo de partido, adaptándome a los compañeros, a la nueva formación del equipo. Cada vez me estoy sintiendo con más confianza". Y es que el centrocampista céltico asegura que "siento ese cariño especial, esas ganas que tiene la afición de que yo pueda enseñar mi máximo nivel, que no tengo ninguna duda de que va a pasar porque tengo muchas cosas que mejorar, pero con este equipo y mi ganas lo lograré". n

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