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Fallece el excéltico Javier Garbayo, defensa, pintor y químico

Javier Garbayo.
photo_camera Javier Garbayo.
Defensa de garra, pintor de talento, artista, químico e investigador, emprendedor y entusiasta, alegre, positivo, especialmente humano y tan cercano como la distancia, los años y la vida le permitieron.

Javier Garbayo Abascal (Tudela, septiembre de 1933), de raíz de la Ribera navarra, pontevedrés y ourensano de adopción pues allí casó y en esta ciudad asentó en los finales de su carrera deportiva y comienzo de su lúcida bohemia. 

Defensor de antes, de los de largo oficio, eficaz, cumplidor y enérgico: con la "cabezonería" como argumento en el área y como buen navarro en la vida; quería y se dejaba querer y de ello dejó buenas y recordadas muestras en aquel Ourense donde "capitaneaba" con galones un equipo lleno de jóvenes y recios jugadores de los de entonces, y repartía con generosidad sus primeros lienzos entre amigos y familiares. 

Del Celta a la selección
Celta, Sporting, Zaragoza, Montañesa, Ourense o aquella Selección del 55 en los Juegos del Mediterráneo de Barcelona le conocieron dentro y fuera del campo, siendo especialmente Galicia y los gallegos cuna y compañía de sus últimos años deportivos y comienzo de una carrera en la que, desde Tarragona primero y Huelva después, desarrollar pasión y carrera profesional en el campo de la Química. 
Casado en Pontevedra y padre de tres hijos –Javier, Inés y Julio–, Ourense fue siempre, cada año y durante muchos, visita obligada y la casa de su hermano José Ignacio –ingeniero de Montes y jefe provincial del antiguo Icona–, refugio y acogida en juventud y madurez. n

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